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Narbona

Cristina Narbona dio el puntazo aquel día en que se presentó en un mitin de Fernando Morán para apoyar su candidatura en las primarias y manifestó hacerlo como compañera sentimental de José Borrell. Esa mixtura de política y sentimiento tan frecuente en el plano íntimo resultaba prácticamente insólita en el público. Hubo en el PSOE quien no entendió que la ex secretaria de Estado de Medio Ambiente mezclara churras con merinas, y pensó que si Borrell quería respaldar a Morán lo mejor es que lo dijera él personalmente y no mandara a su chica.Narbona es una mujer racial y si manifestó aquello en aquel momento fue porque se lo pedía el cuerpo, es decir, que le apetecía proclamar su apoyo al candidato y anunciar de paso que el ex ministro era su novio. Lo de lo suyo con Borrell más o menos lo sabía todo el personal que está un poco en la pomada, y ahora, diez meses después, demuestra hasta qué punto llega su respaldo a Fernando Morán. Esta semana la han convencido no sólo para que se haga cargo de su campaña, sino también para que ocupe el número dos en la lista del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, a lo que se había resistido como gato panza arriba. Motivos tenía; ella es diputada en el Congreso, le gusta lo que hace en el grupo parlamentario socialista y ponerse a bregar con la cosa municipal para comparecer en unas elecciones locales de resultado cuanto menos incierto no le emocionaba. Ella mantiene, es cierto, una gran amistad con Fernando Morán, personaje al que realmente venera, y sabe bien el carácter que tiene y que no es lo mismo charlar y tomar café como un amigo que trabajar con él a pie de obra. Lo que hará Cristina Narbona en primer término es sustituir a Víctor Jara como jefe de campaña de don Fernando. Jara, que tenía muchas aspiraciones de hacerse con una posición relevante en la candidatura, se va echando pestes contra Morán y contra Borrell, de los que dice que no han respondido a las expectativas de renovación suscitadas ante las bases. Es posible que en eso tenga toda la razón, aunque puede también que eso haya ocurrido por haberse rodeado de personas como él. Además de la ostensible falta de coordinación existente entre la oficina del candidato con el grupo municipal y la propia estructura del partido, la proyección pública de Morán ha sido hasta ahora prácticamente nula.

Sus aspiraciones en los medios no respondían a ninguna estrategia seria de comunicación y lo más relevante de las mismas eran unos ridículos paseos por los barrios en los que pretendía arrastrar tras él una cohorte de periodistas como si fuera el Rey. En esto Cristina Narbona puede cambiar su vida. Es una mujer que conoce bien el mundo de la información, no sólo porque sus padres trabajaron en medios de comunicación, sino porque, en los altos cargos que ocupó, simpre fue una persona abierta y simpática que mantuvo una relación inmejorable con la prensa.

Fernando Morán deberá contener su genio, apreciar lo que vale la incorporación de Narbona y dejarse conducir por ella en ese terreno donde tiene todo por ganar. Con ser importante su buena imagen, no es la única cualidad de esta madrileña de cuarenta y ocho años lozanamente llevados.

Doña Cristina es una gran trabajadora, y su cabeza está bien amueblada. Hizo un buen papel como directora general de la Vivienda y llegó a rozar la audacia como secretaria de Medio Ambiente. Por su experiencia le será fácil ocuparse de los asuntos relacionados con el urbanismo, donde, en una ciudad como Madrid, residen las claves de su funcionamiento.

Es además alguien muy pegada al suelo, que le gusta ver los problemas de cerca, y tocarlos con la mano. Cristina Narbona hubiera sido, y de ello se habló en su momento, una magnífica candidata del PSOE para la alcaldía. No fue posible y ahora las circunstancias la sitúan como segunda de lujo en la lista que encabeza Morán. Al margen del enorme impulso que supondrá para las aspiraciones del PSOE en la capital, donde hasta ahora lo veían muy negro, la operación tiene la intención añadida de colocar un peso pesado que encabece el grupo municipal si no logran desbancar a Álvarez del Manzano y Morán renuncia a trabajar en la oposición. Narbona será la próxima candidata socialista a la alcaldía de Madrid.

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