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El plan para el nuevo barrio de Agua Amarga divide a los vecinos

El anteproyecto del nuevo barrio de Agua Amarga, que el Consell presentó ayer a los afectados por el plan de expropiación de la franja litoral sur de Alicante, donde se ubicará la Ciudad de la Luz, consiguió dividir a los vecinos afectados. La propuesta de la Administración permitirá a los propietarios de viviendas que lo deseen realojarse en la misma zona, aunque no ofrece alternativas claras de reubicación para los negocios.

El modelo del nuevo barrio, tipo residencial, que presentó el subsecretario de Urbanismo, Fernando Modrego, complació a buena parte de los afectados, ya que les permitirá vivir en la misma zona que ahora. Otros, sin embargo, acusaron a la Administración de "atropellar" los derechos de los vecinos para beneficiar a empresas privadas, porque el terreno que ocupa la actual barriada está calificado en el proyecto como de uso hotelero. Sin embargo, la Administración fijará el precio de unas propiedades construidas sobre suelo rústico, ya que así está catalogado en el Plan General de Ordenación Urbana vigente. Muchos reclamaron a Modrego indemnizaciones por la expropiación, una posibilidad que el Consell no contempla. "No es justo que me obliguen a malvender mi terreno para construir un parque, y sería diferente que fuera para un hospital", dijo en la reunión Ángeles Box, una de las afectadas. El nuevo barrio se construirá en una parcela de 50.000 metros cuadrados, ubicada junto al monumento de Los Caídos, en el extremo sur del área de influencia del proyecto lúdico Ciudad de la Luz. El complejo residencial estará finalizado en el plazo de un año y medio a dos años, dispondrá de zonas ajardinadas y contará con un área comercial donde se podrán instalar negocios no contaminantes como bares y restaurantes, según el proyecto. El Consell tiene previsto ofertar a los vecinos cinco tipos diferentes de vivienda, que oscilarán entre los 50 y los 120 metros cuadrados útiles, para que elijan la que más se adecúe a sus necesidades. Todas las casas tendrán vistas al mar, patios, terrazas y, según se les garantizó ayer, serán construidas con materiales de calidad. El metro cuadrado de vivienda oscilará entre las 90.000 y las 100.000 pesetas. Valoración Lo que la Administración autonómica aún no ha anunciado es cuánto pagará a los vecinos por las viviendas que expropiará. Fernando Modrego se comprometió a presentar en dos meses la valoración económica de todas las propiedades afectadas, que estará en función del tipo de suelo, ubicación y la calidad de la construcción existente. Mientras algunos vecinos se agolpaban ayer ante los planos del nuevo barrio para, mentalmente, elegir casa, otros exigían a la Generalitat un compromiso "firme" de que el realojo no hipotecará sus economías. "Queremos que nos garanticen que tendremos una vivienda digna, y no admitimos una operación de compra-venta que pueda comportarnos gastos", insistían los más críticos al proyecto.

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