Garra, gol y polémica

"Aunque sea en el banquillo". Cuando un jugador, después de haberse negado a efectuar un desplazamiento con su equipo, es capaz de manifestar que llegaría a ese extremo con tal de cambiar de aires, se impone el traspaso. Y Esnáider, una pieza importante para el Espanyol, ha hecho realidad su sueño: fichar por la Juve. El cinco de marzo cumplirá 26 años pero su bagaje es más propio de un veterano a punto de colgar las botas: una Copa y una Recopa en el Zaragoza, y 62 goles en 163 partidos de Liga además de siete expulsiones tras haber pasado también por el Madrid, el Atlético y el Espanyol.Los periódicos italianos han editado una rápida recopilación de las correrías de Esnáider dentro y fuera del campo. Han recordado la agresión a un rival en el Mundial sub20 en Portugal, la rápida popularidad que alcanzó entre las seguidoras del Madrid cuando llegó con sólo 18 años procedente del Ferrocarril Oeste, lo mucho que le gusta vestir trajes de Armani, otro incidente en una discoteca o el contencioso que le distanció de Antic cuando éste lo sustituyó en un partido entre el Atlético y el Ajax.

Marcelo Lippi, entrenador de la Juve, atribulado por la baja de Del Piero, no atendió a la mala fama de Esnáider: "He leído y oído tantas cosas que prefiero juzgar las fábulas por lo que son. Por poner un ejemplo. Antes de que llegase Davids , la pasada temporada, no bastaba un libro para recoger todo lo que se decía de él. Y a fin de cuentas se ha demostrado que es un gran chaval". La determinación, la estimable técnica y la fortaleza atlética son algunas de las virtudes de Esnáider que, añadidas al hecho de que posea la doble nacionalidad argentina y española y pueda actuar como comunitario, han empujado a Lippi a otorgarle el número 34 de la camiseta albinegra. Antes, la Juve ha tenido que pagarle al Espanyol 1.000 millones de pesetas -la cláusula de rescisión ascendía a 1.500 millones- y rubricar un contrato de unos 200 millones de pesetas anuales hasta el 2003. Esnáider, casado y con cuatro hijos, tiene que prescindir de su Porsche gris metalizado cuando acude a entrenarse, ya que la Juve pone a su disposición un Fiat, marca de la casa.

El Espanyol destinará una parte del dinero ingresado con el traspaso de Esnáider a la construcción de su nueva ciudad deportiva. El paso del nuevo delantero de la Juve por el Espanyol ha sido fugaz. Llegó hace 17 meses cuando Lardín fichó por el Atlético. Después de un inicio brillante, se fue haciendo cada vez más prescindible, en buena medida porque sus constantes lesiones musculares le impidieron estar en 19 de los 51 partidos de Liga transcurridos. Pocas de esas ausencias se debieron, como se presumía, a sanciones, pero sí sumó su séptima tarjeta roja por menospreciar al árbitro en un partido ante el Racing. Un signo evidente de que, a pesar de haber declarado que había madurado como jugador a base de tarjetas rojas, mantiene intacta su agresividad y su beligerancia hacia los defensas y su tendencia a los gestos y a las protestas. Una actitud que contrasta con un dato biográfico: su padre fue árbitro. En las pocas entrevistas que concede -en el Espanyol llegó a imponer durante un tiempo la ley del silencio-, explica lo mal que lo pasaba cuando iba a ver los partidos que dirigía su padre.

El episodio más polémico en Montjuïc se suscitó durante el último fin de semana, cuando Esnáider ya estaba en Turín. Fue entonces cuando trascendió que se había negado a desplazarse a Salamanca para disputar el partido de Liga que ganó el Espanyol el pasado 3 de enero. Esnáider alegaba que el club de Montjuïc le había prometido una mejora de contrato cuando el pasado verano rechazó una oferta del Celta. La negativa de Esnáider a viajar a Salamanca le ha valido la amenaza de un expediente disciplinario. No se sabe muy bien de qué puede servir. Ya está en la Juve, debut y pase de gol del empate incluido el pasado domingo ante el Venecia.