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Ibarretxe pide a Aznar que el PP se sume a la nueva mesa por la paz, en la que estará EH

Luis R. Aizpeolea

El lehendakari Juan José Ibarretxe anunció ayer a José María Aznar que la próxima semana iniciará una ronda de contactos con los partidos vascos, con el objetivo de constituir una nueva mesa de diálogo por la paz, ya que da por superada la de Ajuria Enea, en la que no participaba HB. En su primer encuentro en La Moncloa con Aznar, el nuevo lehendakari pidió al jefe del Ejecutivo central que el PP participe en este proceso. Junto a ello, le instó a que acerque a los presos de ETA a cárceles del País Vasco. Ambos se comprometieron a trabajar conjuntamente en la búsqueda de medidas de compensación a las víctimas del terrorismo y a que sus respectivos Gobiernos mantengan un contacto permanente para consolidar el proceso de paz.

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La primera reunión entre Aznar e Ibarretxe en La Moncloa tras la investidura del lehendakari duró algo más de dos horas. Fue un encuentro "sincero", según lo definió el lehendakari a la salida. "Cada uno ha dado su opinión con franqueza y lealtad", dijo el presidente vasco. El secretario de Estado de Comunicación, Pedro Antonio Martín Marín, confirmó esta valoración.Aunque Aznar e Ibarretxe hablaron de "muchas cosas", en expresión del lehendakari, su encuentro se centró en la marcha del proceso de paz en el País Vasco. Haciendo gala de una gran discreción, el presidente vasco se limitó a leer a los periodistas un texto en euskera y castellano.

Anunció que trasladó a Aznar su deseo de que los Ejecutivos central y vasco estudien conjuntamente las actuaciones para compensar "el daño ocasionado a las víctimas del terrorismo". Aznar encargó recientemente al vicepresidente primero del Gabinete, Francisco Álvarez Cascos, una proposición, que se presentará en el Parlamento a finales de este mes o primeros de febrero, con medidas económicas y de todo tipo con las que compensar a las víctimas del terrorismo.

Ibarretxe mostró ayer gran interés por esta iniciativa, ya que él mismo ha emprendido, nada más tomar posesión de su cargo, una ronda de entrevistas con representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo en el País Vasco. La importancia que da el lehendakari a esta cuestión es manifiesta, puesto que le ha dado prioridad postergando incluso hasta la próxima semana su anunciada ronda de contactos con los partidos.

Casi un millar de muertos

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La actuación de los comandos de la organización terrorista ETA suma 774 víctimas mortales; los GRAPO han asesinado a otras 80, y la guerra sucia -incluyendo la etapa socialista y la de los gobiernos anteriores- unas 50.Ibarretxe, que habría obtenido el compromiso de Aznar de que ambos Ejecutivos trabajarán conjuntamente en este objetivo de atender las demandas de las víctimas del terrorismo, anunció al presidente del Gobierno que la próxima semana mantendrá entrevistas bilaterales con los líderes de todos los partidos políticos vascos para constituir una mesa de diálogo por la paz, en la que estará EH. En el breve comunicado que leyó el lehendakari dijo que su objetivo es "consolidar la paz a través de la tolerancia y el diálogo".

Aunque el presidente vasco no lo dijo expresamente, ya que se limitó a leer un texto en euskera y en castellano, pidió a Aznar que el PP participe en este proceso de conversaciones. "No es el momento de cerrar ninguna puerta. Es la hora de mantener las puertas abiertas", manifestó expresivamente Ibarretxe tras su reunión de dos horas y cuarto en La Moncloa. El lehendakari insistió en la misma idea al señalar que "hay que incorporar a Euskal Herritarrok [la marca electoral de HB] a la vida política. Hay que conseguir que participe en las instituciones".

En esta línea, solicitó a Aznar el pronto acercamiento de los presos de ETA a cárceles del País Vasco. El lehendakari, en su comunicado, no se refirió a los "presos de ETA", sino a los "presos vascos". Argumentó su petición con las encuestas, como la última publicada ayer mismo por su Gobierno, en la que más de un 80% de los ciudadanos vascos se pronuncia por el traslado de presos de la banda terrorista a las prisiones de Euskadi. Aznar ratificó a Ibarretxe su criterio, manifestado públicamente en la declaración del 2 de octubre en La Moncloa, de que sólo flexibilizará la política penitenciaria en la medida que el proceso de paz experimente avances. En este sentido manifestó al lehendakari que el principal obstáculo para el acercamiento de los presos de ETA es la violencia callejera, contra la que también se pronuncian más de un 80% de los vascos, según la misma encuesta dada a conocer por el Ejecutivo autónomo.

Rechazo a la violencia

En línea con lo que se le ha venido pidiendo desde el Gobierno central y concretamente desde el Ministerio del Interior, el presidente vasco manifestó públicamente su "rechazo firme e inequívoco a cualquier tipo de violencia", aunque no aludió a las negociaciones que tiene pendientes con EH, formación que se niega a condenar tanto el rebrote de la violencia callejera como la nueva campaña de extorsiones en Euskadi. Tampoco admitió preguntas de los periodistas.Tanto Aznar como Ibarretxe coincidieron en evitar hacer públicas sus diferencias. Ambos se comprometieron a mantener contactos fluidos y permanentes, dentro de las líneas marcadas por la Constitución y el Estatuto de Gernika, con la finalidad de contribuir a consolidar el proceso de paz con criterios de "tolerancia, diálogo y negociación".

Al calor del recrudecimiento de la kale borroka, los socialistas vascos anunciaban antes de este encuentro que pretenden que el Parlamento vasco adopte una postura de claro rechazo a la nueva campaña de amenazas, intimidación y actos violentos realizados por grupos de apoyo a la organización terrorista ETA. El grupo socialista presentó el martes ante la Mesa de la Cámara vasca una proposición no de ley por la que se solicita que el Parlamento se manifieste en contra de la violencia callejera.

El portavoz de los socialistas en la Cámara de Vitoria, Fernando Buesa, arremetió contra PNV y EA por haber aplazado el debate sobre la kale borroka, tanto en sus reuniones para sellar un pacto de legislatura con EH como en el último encuentro de los firmantes del Pacto de Lizarra.

Buesa acusó a ambas formaciones de convertirse en "cómplices" de estos hechos ya que, a su juicio, frente a las amenazas "no cabe la disculpa ni la comprensión, sino la condena".

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