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Arzalluz culpa a Aznar del "inmovilismo" del Gobierno en el proceso de paz en Euskadi

El líder del PNV, Xabier Arzalluz, descalificó ayer a quienes dan relevancia a la "violencia menor" que ha rebrotado en el País Vasco y responsabilizó al presidente del Gobierno central, José María Aznar, del "inmovilismo" que observa en el Ejecutivo ante el proceso de paz. Arzalluz emitió un juicio abiertamente negativo de Josep Tarradellas, ex presidente de la Generalitat de Cataluña cuyo centenario se celebraba precisamente ayer. "Supongo que tenía grandes cualidades, pero era un ególatra del carajo de la vela", dijo, al tiempo que le acusaba de querer "torpedear" el Estatuto de Gernika.

Una pregunta del entrevistador de Radio Euskadi dio pie a Arzalluz para cuestionar la figura del ex presidente de la Generalitat con un hecho de 1979, cuando se estaban negociando los últimos puntos del Estatuto de Gernika antes de su aprobación por el Congreso. "Tarradellas fue a Madrid como si fuera el presidente de Colombia, cogió media planta del [hotel] Palace, y estuvo venga a visitar generales, lo uno y lo otro, para torpedear el Estatuto vasco. Y empezó a hacer declaraciones como si nosotros, los vascos, en nuestro estatuto, que le daba sopas con honda al catalán, estuviéramos rebajando las cotas autonómicas", recordó.Con el tono displicente que le es característico, Arzalluz relató que al comentarle a Adolfo Suárez esa actitud, el entonces presidente del Gobierno de la UCD le indicó que podía "callar" a Tarradellas. Según el líder del PNV, Suárez llamó entonces al presidente catalán y amenazó con difundir dos cartas suyas en las que le decía que Cataluña no necesitaba Estatuto, "que con dos o tres transferencias él aguantaba perfectamente". Arzalluz dibujó a un Tarradellas movido exclusivamente por el culto a su persona, ya que "no tenía una fuerza política detrás y sabía que si había elecciones se iba a casa. Y no quería irse a casa con sus ochenta y tantos años". "Supongo que tenía grandes cualidades, pero era un ególatra del carajo de la vela. Esto fue Tarradellas", sentenció. Refiriéndose al rebrote de actos violentos protagonizados por jóvenes del entorno de HB, Arzalluz se quejó del eco que tienen en los medios de comunicación y de que, a su juicio, no se valora la "revolución" de los siete meses transcurridos "sin muertos ni secuestros" y con la incorporación de Euskal Herritarrok al juego parlamentario. En este sentido, afirmó que es "absolutamente optimista" sobre la marcha del proceso, aunque puntualizó que no podía decir lo mismo de la actitud de "Madrid" y de la "violencia mediática linchadora".

Arzalluz se mostró comprensivo con las presuntas dificultades internas del mundo de HB para poner fin a la violencia callejera y opinó que "se le está pidiendo mucho a HB, a Gestoras [pro Amnistía] y a ETA". "Hay una violencia menor que no la pueden frenar; como no se puede frenar un tren de alta velocidad de golpe, en veinte metros. Pero lo frenarán, seguro que lo frenarán. Y lo quieren frenar. Y les creo", añadió. Por el contrario, el presidente del PNV cree que el Gobierno "está quieto parado", al haberse impuesto la línea "dura" que estaría representada por Mayor Oreja. Precisó, no obstante, que en último término "la responsabilidad es de Aznar". "Está claro", siguió Arzalluz, "que manda él y, por tanto, unos le han convencido y los otros no le hemos convencido". Para ejemplificar este "inmovilismo", recordó que apenas se ha hecho nada en política penitenciaria pese a la moción aprobada el 23 de noviembre en el Congreso.

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