El Ayuntamiento de Portugalete responsabiliza al Puerto de Bilbao de no impedir el acceso al muelle

La seguridad del pequeño malecón propiedad de la Autoridad Portuaria de Bilbao desde el que se precipitó a la ría el coche que ocupaban los tres jóvenes de Trapagaran fallecidos el pasado fin de semana es ahora el campo de batalla de las autoridades. El Ayuntamiento de Portugalete exigió ayer al Puerto que extreme las medidas de seguridad para impedir, más allá de las evidentes señales prohibitivas que figuran a su entrada, el acceso de vehículos particulares. La zona es utilizada como aparcamiento los fines de semana por los jóvenes que acuden a la zona de bares.

El cartel de prohibido pasar a todo tipo de vehículos excepto al personal portuario no impide que cualquiera, saltándose la señal, acceda al pequeño malecón situado en el paseo de La Canilla de Portugalete. Fue allí donde, por causas que aún se desconocen ocurrió la desgracia en la madrugada del domingo. María Arroyo, de 21 años, su novio, Néstor de Miguel, de 22 años y un conocido de éstos, Raúl García, de 20 años, cayeron al agua después de montarse en el coche de un amigo que se había quedado rezagado. La Policía local, que investiga las razones del accidente, tomó ayer declaración al propietario del vehículo. El Ford Fiesta blanco estaba aparcado justo de cara a la ría, en la única zona no vallada del muelle, reservado al atraque y amarre de los remolcadores. La zona interior, la que sirve de cobijo a las pequeñas embarcaciones de recreo, tiene una barandilla verde que sirve de protección a todo aquel que se acerca a la zona. Punto conflictivo Una vez consumada la tragedia, similar a la que ocurrió hace dos años, cuando una furgonerta cayó a la ría, y hace siete, en la que otros dos jóvenes murieron y otro resultó herido, las autoridades intentan poner los remedios para que hechos como éste no se vuelvan a repetir. Por medio de un comunicado, el Ayuntamiento de Portugalete se comprometió a estudiar todo tipo de medidas que eviten futuros riesgos. Y adelantó la principal: "Colaboraremos y facilitaremos todo lo que esté a nuestro alcance para que la Autoridad Portuaria ponga en práctica medidas como la presencia de celadores". Previamente, y de forma más o menos exculpatoria en cuanto a posibles responsabilidades, el Ayuntamiento exigía a los responsables del Puerto de Bilbao que extremaran las medidas de seguridad para evitar estos "indeseables" accidentes. Fuentes de la Autoridad Portuaria señalaron su disposición a estudiar esas medidas preventivas, "porque es un punto conflictivo", aunque quisieron dejar bien claro que la señalización de la zona, reservada exclusivamente al personal del puerto, les exime de cualquier responsabilidad. Según algunos trabajadores de la zona, el muelle desde el que se precipitaron los tres jóvenes no reúne las condiciones mínimas de seguridad que, vagamente, contempla la Ley de Puertos del Estado. Los funerales en memoria por los tres fallecidos se celebraron ayer entre las impresionantes muestras de dolor de todo Trapagaran, y especialmente de los familiares, que todavía no se digieren la tragedia. El Ayuntamiento de esta localidad de casi 20.000 habitantes, había declarado el lunes como jornada de luto por la muerte de María, Néstor y Raúl.