Alberto Fernández afirma que CiU va a remolque del PNV y que Arzalluz parece el presidente de la Generalitat

El presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, acusó ayer a CiU de ir a remolque de las decisiones que se toman en el País Vasco y afirmó que "parece que el presidente de Cataluña se llame Xabier Arzalluz". Según Fernández Díaz, que clausuró ayer la II Escuela de Invierno del PP, que se ha celebrado este fin de semana en Manresa (Bages), CiU repite unos meses después los debates que el PNV promueve entre los vascos y citó, como ejemplo, los temas de la autodeterminación, la lengua y las selecciones deportivas. El dirigente popular admitió que hace 20 años Cataluña necesitaba una ley de política lingüística y recuperar las instituciones, pero afirmó que ahora "el catalán ya está normalizado". En este mismo sentido, justificó que ahora se recuerde la figura de Josep Tarradellas, pero sólo como "un referente obligado". Cataluña y España El presidente del PP de Cataluña insistió también en el mensaje de la complementariedad de Cataluña y España que el día anterior había lanzado el ministro de Industria y portavoz del Gobierno, Josep Piqué. "Cataluña y España no son dos realidades que se contraponen, sino que se complementan", aseguró Fernández Díaz ante sus militantes y los cuadros directivos del PP catalán, entre los que se encontraba la delegada del Gobierno, Julia García-Valdecasas. También se mostró muy crítico con el apoyo de Maragall a las selecciones olímpicas, acusó a los socialistas de ser "el fiel monaguillo de CiU" y lamentó que el partido nacionalista "ponga a los deportistas entre la espada y la pared para elegir la selección con la que deben jugar". Poco antes de su intervención, el presidente del Consejo Superior de Deportes, Santiago Fisas, argumentó la imposibilidad de que las selecciones de comunidades autónomas puedan competir en el ámbito internacional y aseguró que nunca se podrá dar una situación en que una parte del territorio se enfrente al todo. Fisas recordó una sentencia del Tribunal Constitucional de 1986 que ratifica la autoridad del Estado para las competiciones de carácter supraautonómico e internacional, y aludió a la Ley del Deporte y las competencias del Consejo Superior de Deportes.