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Esteve y Ponce presentan en San Sebastián su último montaje

Maribel Marín Yarza

El grupo valenciano Esteve y Ponce recaló ayer en el espacio Gazteszena de la casa de cultura de Egia de San Sebastián para presentar su último montaje: Los hermanos Pirracas en Nemequitepá. El espectáculo, que se nutre a la vez del surrealismo, la comicidad y el humor, permanecerá en cartel hasta mañana. Esteve y Ponce regresan a San Sebastián avalados por el éxito que ha cosechado esta obra en Madrid. Los hermanos Pirracas en Nemequitepá se estrenó el pasado 3 de diciembre. Los personajes llegan así más perfilados y los actores, más rodados y curtidos. Este montaje, escrito y en gran medidad dirigido por Rafael Ponce, narra la historia de dos hermanos gemelos, "en el marco incomparable de una prisión del Estado del bienestar". Los actores reflexionan sobre la prisión física y metafísica con el lenguaje ácido que ha caracterizado su trayectoria. "Picamos de muchas cosas", afirmó ayer Ponce. "A veces nos encuadran en el teatro de humor. En este espectáculo hay buena leche, pero también hay mala leche". La compañía pasa revista en esta obra a "hallazgos" de montajes anteriores: "Los integramos aquí, aunque el diálogo es diverso", afirma. Este espectáculo cierra, según Ponce, "un ciclo que comenzó con La consquista despacio". El teatro de Gerardo Esteve y Rafael Ponce ha estado marcado por una intensa investigación escénica a partir de un ingenio sin límites. Comenzaron a trabajar juntos hace diez años, después de un viaje a América Latina. De ese vínculo nació la obra que abrió su trayectoria artística La verdad está en ingles. Más tarde hicieron nuevas propuestas como La conquista despacio o Los pájaros fontaneros.

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