"Nunca he sido segundo de nadie"
Porfirio Muñoz Ledo no se arredra, se manifiesta ducho en el conocimiento de las cosas de la República y en perfecto estado de salud como para optar por la presidencia, e invoca la meritocracia, los servicios prestados al país, y no la unción de cuna como fundamentos de la nominación. "Nunca he sido segundo de nadie. Fui el primer legislador mexicano que interpeló formalmente a un presidente". Un amigo le dijo en una ocasión: "Lo que te ha perjudicado más es la educación". "¿Por qué?", inquirió el coordinador de su grupo en el Congreso. "Porque en la política los méritos no cuentan necesariamente". Porfirio Muñoz Ledo lleva cuarenta años en la política, y presume de haber empujado activamente la transición democrática y de no contar con ningún rico entre su familia. Le falta, como penúltima ambición, la nominación del partido. También la intentó en el PRI, durante los años del dedazo, al igual que Cárdenas. Siendo jefe de Gobierno José López Portillo le preguntó su opinión sobre quien podría sucederle. Muñoz Ledo le espetó: "Tal vez el mejor candidato está frente a usted".
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