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TV-3 se asoma al día a día de un centro sanitario con la serie "Bellvitge hospital"

Todo el mundo ha visitado alguna vez un hospital, pero la mayor parte de la población desconoce su funcionamiento, su realidad cotidiana. Los periodistas Joan Úbeda y Francesc Escribano se han acercado al día a día en las dependencias de un centro sanitario en Bellvitge hospital, la serie documental que TV-3 estrena el próximo lunes por la noche. A lo largo de 13 capítulos la serie mostrará el lado humano del personal médico, abrirá las puertas de rincones habitualmente no accesibles para el público y seguirá de cerca la evolución de varios de sus pacientes.

"La realidad de un hospital nos afecta directamente a todos, y hemos querido reflejarla de la forma más realista posible, intentando mostrar cuáles son las ilusiones y las esperanzas de la gente que trabaja en ellos", señala Escribano, director de la serie. Pese a la dilatada experiencia, compartida con Úbeda, en la concepción y elaboración de programas documentales -Ciutadans, Les coses com són, Vides privades-, Escribano asegura que Bellvitge hospital ha requerido un esfuerzo superior al de otros proyectos. "Es el que más nos ha sacudido a todos, el que más nos ha hecho pensar en nosotros mismos. Nunca le habíamos dado tantas vueltas a una serie". La principal complejidad del trabajo radica en el hecho de abordar "con sensibilidad" lo que Escribano denomina "temas tabú en la sociedad". El cáncer de mama, la anorexia, el sida, los trasplantes de órganos y el colapso en los servicios de urgencias son algunas de las cuestiones que se irán tratando en los diferentes episodios. Cada entrega, de media hora de duración, es independiente, aunque algunas de las historias tienen continuidad durante varios capítulos. Los protagonistas de la serie son profesionales y usuarios del hospital, quienes en todos los casos han autorizado expresamente sus apariciones en antena. El material base son 170 horas de grabación, que se han seleccionado en función de la calidez humana de los personajes. Según Escribano, no se repitieron situaciones para mejorar las tomas ni se dieron indicaciones a los protagonistas sobre cómo comportarse frente a la cámara. "La gente reacciona de un modo diferente cuando sabe que les estás grabando, pero pasábamos tanto tiempo con ellos que al final se olvidaban de nuestra presencia", remarca. El director afirma que, aunque no era éste el objetivo, Bellvitge hospital desempeñará una función social, pues "ayudará a ver las cosas desde otro punto de vista, enseñará a los espectadores que palabras como quimioterapia son más dramáticas que su propio significado". Escribano es consciente de que los gustos de los televidentes se decantan hacia los contenidos ligth, por lo que la serie puede provocar el rechazo de algunos espectadores. Él afirma que nunca se ha pretendido subrayar el dolor e incluso se ha huido "de los casos con mal pronóstico". Pero concluye: "La realidad del sufrimiento forma parte de nuestra vida y no la conocemos bien".

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