Como castillo de naipes
La observación, como es lógico, es subjetiva, pero durante la declaración de Emilio Botín y la de Antonio Tejerina, el ex presidente de Banesto, Mario Conde, lució una pinta de terrible agobio. Hubo momentos de suspiros, en los que el ex banquero se mesó la ceja derecha con mayor frecuencia. Decididamente, ayer, un juicio caracterizado por su baja intensidad -no puede haber emociones fuertes a lo largo de un año- subió de tono para hacerse más intenso. La defensa de Pérez Escolar, a raíz de un reportaje publicado ayer por éste diario, preguntó a Botín por activa o por pasiva si se había sentido chantajeado, amenazado o presionado. El testigo dijo: "A mi directamente no me han hecho chantaje, ni presiones ni amenazas". Pues bien, Botín, según se apuntaba ayer, recibió un mensaje del ex vicepresidente Narcís Serra, entre otros, en relación con una propuesta de "rescate" que pedía Mario Conde -a través de Jesús Santaella y Mariano Gómez de Liaño- de 14.000 millones de pesetas a cambio de los papeles del Cesid que un hombre bondadoso y desinteresado, el coronel Juan Alberto Perote puso a disposición del ex banquero en los primeros meses de 1995.
Está en línea con lo que declaró ayer Botín: "A mi, directamente no". En efecto, directamente, no. Pero no es menos cierto -quizá Botín lo olvidase ayer- que el presidente del Banco Santander denunció a Jacques Hachuel por amenazas y coacciones ante la Fiscalía General del Estado en 1995. Puede ser que Botín no incluyera estas presiones y amenazas en el caso Banesto, pero lo cierto es que se produjeron de forma paralela a la instrucción del mismo.
Pero la noticia bomba de ayer la dio Antonio Tejerina. El 17 de diciembre de 1993, Price le dijo a Lasarte (y éste a Conde, claro) lo del agujero.
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