Frederick William John Augustus Hervey, 'oveja negra' de la aristocracia británica
Sus amigos lo conocían como John Jermyn. El resto de Inglaterra como el séptimo marqués de Bristol. Sin embargo, para ambos mundos, este noble de 44 años que fue hallado muerto en su cama este fin de semana simbolizaba la riqueza, la soledad y el exceso que le llevó a dilapidar la fortuna de la almidonada familia Hervey y a adoptar la etiqueta de oveja negra, gracias a una escandalosa adicción al alcohol y la droga.Algunos de sus biógrafos sostienen que se gastó siete millones de libras esterlinas en bacanales de champán y heroína. El marqués de Bristol descendía de una familia complicada con un antepasado descabellado del siglo XVIII a quien se le atribuye la conquista de nueve monjas portuguesas. Todos los que le conocían admiten que su atormentada vida le empujó a una autodestrucción inexorable algo espectacular. Rico, afincado en una mansión cinematográfica y aficionado a los automóviles de alta calidad, a los perros de pedigrí y con particular inclinación al vaivén de la jet set, el marqués fue, en dos instancias, a parar a las estaciones de la policía británica, por viajar con alijos de droga. A los 21 años, este noble poseía una fortuna que se calcula entre 20 y 21 millones de libras esterlinas. Luego vino un declive que le llevó a la perdición que le obligó a vender la casa de sus antepasados para costear su hábito a las drogas, su afán de bonvivant en las Bahamas y costosos viajes en aeronaves privadas.
Se salvó de ir a la cárcel cuando un juez reconoció que sus andanzas eran producto de una adicción. Tras algunas semanas en una clínica especializada se fue a Francia y siguió viviendo como un exponente de la decandencia máxima. Para ello vendió los cuadros, la biblioteca y hasta la cuchillería de una familia estremecedoramente opulenta desde hace dos siglos y medio.
Empobrecido, enfermo (hay quienes dicen que contrajo el sida), el marqués bebió sus últimas copas en la pasada Navidad. Un mayordomo descubrió su cadáver hace dos días. La policía investiga si fue un suicidio o simplemente la fatiga de un organismo sometido al exceso de todo.-
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