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FÚTBOL 17ª JORNADA DE LIGA

El Deportivo da pena

El Racing aprovecha el desconcierto coruñés y logra el primer triunfo visitante en A Coruña

Xosé Hermida

Los avatares de la clasificación lo enmascararon durante algunas semanas, pero han bastado dos tropiezos para revelar la auténtica realidad: el Deportivo es una pena de equipo, un grupo de muy buenos futbolistas incapaz de lograr nada de provecho por su desidia, su egoísmo y sus rencillas personales. Ayer, al Deportivo se quitó la última careta, la que adecentaba un poco su imagen con la aureola de que Riazor era aún un reducto inexpugnable. Pero, tal como estaban sucediéndose los hechos, la derrota en casa tenía que sobrevenir un día de éstos y el premio le tocó al Racing, que llegaba en muy mala situación, con un entrenador interino en el banquillo. Sus futbolistas, sin embargo, supieron sobreponerse a los problemas, y dos de ellos, Víctor y Munitis, dejaron un sello de clase para proporcionar a su equipo una victoria balsámica.El Deportivo practica una especie de impostura futbolística. Para los no avisados, ofrece un aspecto muy prometedor. Toca muy bien la pelota, tiene gente que sabe adornar la jugada y en cualquier momento aparece Fran para dejar constancia de su genio. Pero eso es el simple envoltorio, un truco que sirve para engañar durante unas cuantas semanas hasta que la realidad pone las cosas en su sitio. Y la auténtica realidad de este equipo es bastante penosa.

DEPORTIVO 1 RACING 2

Deportivo: Songo"o; Manuel Pablo (Donato m. 75), Naybet, Schurrer (Bonnissel m. 46), Romero; Hadji (Bassir m. 63), Flavio, Ziani, Fran; Turu Flores y Pauleta.Racing: Ceballos; Mellberg, Merino, Txema, Neru (Geli m. 79); Shustikov, Ismael; Tais (Sietes m. 68), Víctor, Magallanes (Bestchastnykh m. 81); y Munitis. Goles: 0-1. M. 44. Ismael mete un balón al interior del área donde recibe Víctor, quien aguanta la entrada de dos defensas y marca de tiro cruzado. 1-1. M. 75. Centro de Flavio desde la derecha que Pauleta, mal marcado por la defensa del Racing, remata de cabeza. 1-2. M. 85. Magnífico contraataque de Munitis, que salva la entrada de cuatro jugadores del Deportivo y abre a la izquierda para que Bestchatnykh, desde el pico del área, marque de tiro raso. Arbitro: Bueno Grimal. Amonestó a Schurrer, Flavio, Magallanes y Víctor. Unos 12.000 espectadores en Riazor.

Bajo la apariencia de exquisitez, se esconde un grupo que descuida detalles imprescindibles del juego -la presión o la colocación defensiva- y que en cuanto surge la primera adversidad, se inhibe de forma vergonzosa, como si la suerte del colectivo fuese indiferente para algunos futbolistas sólo atentos a dejar su sello personal. Sería injusto descargar toda la culpa en el banquillo.

Ayer, el Deportivo salió como siempre, a medio gas, con una actitud un tanto displicente y comodona. En los primeros minutos, no jugó mal. Combinó como sabe hacerlo, Hadji ofreció algunos detalles por la banda derecha y el de siempre -o sea, Fran- se encargó de no dar tregua a la defensa del Racing y de levantar los ánimos del escaso y malhumorado público.

Pero en cuanto los rivales se sacuden sus complejos y piden la palabra, el Deportivo desaparece. Fue lo que ocurrió mediada la primera parte. Como los blanquiazules no ponían demasiado empeño, el Racing empezó a meterse en el partido. Aunque ninguno de los integrantes de su plantilla figure entre las listas de supuestas estrellas de la Liga, el Racing tiene varios futbolistas muy interesantes. Uno es Ismael, un medio centro de tanta envergadura física como criterio para repartir la pelota. Víctor aporta olfato goleador y Munitis es un jugador en clara progresión, el clásico delantero pequeñito, rápido y habilidoso, ideal para los equipos de contragolpe. Junto a ellos se presentó ayer el argentino Magallanes, otro tipo alto y combativo, con una técnica nada despreciable.

Conforme el Deportivo se iba diluyendo, el Racing, que en principio pensaba sólo en el contraataque, intuyó que el partido le ofrecía otras posibilidades. Y poco antes del descanso, un buen pase de Ismael y un alarde de Víctor dentro del área, amagando ante las alocadas acometidas de la defensa blanquiazul, proporcionaron el gol a los cántabros. El equipo cobró algo de vida con la entrada de Bassir, un futbolista veloz que amenazó con destrozar la banda izquierda del Racing. El marroquí fue como una inyección de adrenalina para los coruñeses, que lograron el empate en un cabezazo del, por lo demás, inactivo Pauleta. Los blanquiazules vieron la victoria a su alcance, pero fue el Racing el que se aprovechó de esa súbita ambición de su rival. Munitis cazó una pelota al contragolpe, ridiculizó a toda la defensa gallega y abrió para que Bestchastnykh arrancase al Deportivo la última máscara bajo la que se ocultaba un equipo que da pena.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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