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FÚTBOL 17ª JORNADA DE LIGA

El Atlético puso la distancia que quiso

Fácil victoria del equipo rojiblanco ante el Extremadura, aunque con un juego demasiado discreto

Santiago Segurola

El Atlético puso en el marcador la distancia que quiso. En un partido discretísimo, zarandeó al Extremadura, que sólo tuvo aire durante los primeros quince minutos. Luego confirmó su mediocridad. Los intentos de Benítez por dotarle de unas señas de identidad no ofrecen resultados visibles. En lo táctico y en el estilo, el Extremadura no se diferencia demasiado del Atlético. Ya se sabe: la sacralización de la zona y un fútbol esquemático. Pero en cuestión de jugadores anda muy corto. Honestos y laboriosos futbolistas que encuentran grandes dificultades para afrontar un partido en el Manzanares.Sobre el Atlético, pocas novedades. Ganó sin problemas, pero su juego es muy esforzado, con una preponderancia del aspecto físico y de la tendencia directa. Mejor un pase largo que uno corto; mejor acudir al rechace que buscar una pared; mejor considerar al centro del campo como una zona de combate que como un lugar de creación. Tampoco es un equipo sobrado de calidad. En el Atlético se puede hablar del cumplimiento de las obligaciones, pero la originalidad queda reservada para Kiko y Valerón. El primero está lesionado y el segundo trata de encontrar el difícil equilibrio entre el sacrificio y la creatividad. Pero a falta de Kiko, Valerón es la única esperanza de apreciar lo extraordinario.

AT

MADRID 5 EXTREMADURA 0Atlético de Madrid: Molina (Jaro, m.76); Aguilera, Torrisi, Chamot, Serena (Gaspar, m.63); Roberto, Mena, Valerón, Lardín (Juninho, m.61); Correa y José Mari. Extremadura: Amador; Óscar, Kalla, Félix, Poli; Pedro José, Toni, Belenguer (Viaoud, m.53), Soto, Duré y Manuel (David, m.77). Goles: 1-0. M.1. Mena lanza una falta, el balón sale rechazado en el área y queda a los pies de Correa, que marca. 2-0. M.41. Serena engancha un excelente remate desde fuera del área. 3-0. M.60. Apertura de Valerón a Roberto. Su centro es rematado de cabeza por Aguilera. 4-0. M.70. Juninho peina la pelota tras un saque de falta. Amador rechaza el remate y Roberto se adelanta a los defensores. 5-0. M.88. Pase de Mena a Valerón, que controla el balón y supera a Amador. Árbitro: Ansuategui. Amonestó a Lardín, Félix, Kalla y Poli. Unos 45.000 espectadores en el estadio Vicente Calderón.

Otra posibilidad es Juninho. Eso cree la mitad del Manzanares. La otra mitad tiene muchas dudas. Sacchi no le encuentra sitio: frente al Extremadura jugó la última media hora. Lo hizo cabizbajo, disgustado, sin fe. No se siente querido y en estos momentos contribuye muy poco con su juego. Con Juninho ocurre que hay que montarle un equipo a su alrededor. El problema es que le faltan muchas condiciones para merecer ese privilegio. Se sabía que no quitaba y que tácticamente resulta caótico, pero se esperaba de él bastante más capacidad de gol y mayor contribución en los pases decisivos. Si en estos apartados tampoco es gran cosa, resulta difícil contruir un equipo sobre un jugador de incidencia limitada.

Al Atlético le faltó finura, cosa habitual en esta temporada, pero solucionó el partido con una cierta autoridad. Marcó en el primer minuto, sostuvo el gol con cierta dificultad durante algunos momentos y luego aprovechó las concesiones del Extremadura, que fueron constantes. Si Benítez pretende instalar todas sus teorías en la cabeza de Kalla, tendrá un trabajo muy complicado. Este Kalla se salta cualquier concepto riguroso del marcaje y el achique. Es una mina para los delanteros. O al menos eso pareció en el Manzanares.

Kalla fue la máxima expresión de la debilidad del Extremadura, que perdió la fe tras recibir el segundo gol. El tiro de Serena dobló las manos de Amador y sirvió para cerrar el partido. Todo el segundo tiempo discurrió a beneficio de inventario. Sin alardes, el Atlético marcaba sus goles y seguía con su fútbol pesadote.

Lo más probable es que Arrigo Sacchi se sienta satisfecho. El equipo comienza a responder a un modelo muy definido, un modelo que resulta muy interesante por el lado del funcionamiento colectivo y por ciertos detalles tácticos. Sin embargo, el fútbol del Atlético de Madrid deriva inevitablemente hacia lo predecible. Por un lado, se le ve venir. Por otro, le falta gente original, quizá porque Sacchi se tiene una confianza sin límites. Considera que nada supera a la buena organización, a la laboriosidad, a la aplicación de determinados conceptos tácticos. Y desde ese punto de vista, los jugadores terminan por convertirse en piezas intercambiables, en replicantes sin apenas rasgos individuales. Por ese camino avanza el Atlético en la Liga.

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