Un lugar en el mundo

Que la vida es caprichosa e imprevisible es algo de sobra asumido, y según nos va la feria tenemos una tendencia innata a conceder mayor o menor protagonismo al azar o a nuestras propias capacidades. Mi experiencia personal, considerando el preámbulo, es paradójica, habiendo dilapidado o no sabido utilizar los mimbres de que he ido disponiendo, de manera que nunca acabo de confeccionar el cesto de lo que algunos llaman la "realización personal". Quizá, para ese entrecomillado, sería mejor utilizar otra terminología, y tal vez acudiendo al cine encontremos un título mucho más acorde con lo que las dichosas dos palabras pretenden dar a entender; me refiero a Un lugar en el mundo, título que puede servir a modo de frase emblemática de lo que los seres humanos buscamos a lo largo de nuestra vida. Esas cinco palabras encierran una mayor amplitud de posibilidades humanas, ayudando a no hundirse en la miseria cuando uno hace balance de un periodo o etapa vivida. Lo de la "realización personal" parece tener connotaciones referidas al éxito profesional o, en todo caso, va acompañada de una estable componente económica, siendo el sentido que unos u otros le den multidireccional, pero siempre con ese eje central fuertemente consolidado, aunque existan otras carencias de calado humano.

Probablemente sea injusto, pero suelo desconfiar de aquellas personas que, con engreimiento y aplastante seguridad, se presentan en sociedad llenándoseles la boca de las manidas dos palabras: "realización personal".-