La niebla y el viento causan una nueva jornada de caos en el aeropuerto de Barajas

El aeropuerto de Barajas vivió ayer otra jornada de caos. El 54% de los vuelos sufrió demoras, lo que afectó a miles de viajeros. Los motivos aducidos por los portavoces de Barajas para explicar el colapso fueron la niebla matinal (la visibilidad máxima quedó reducida a 800 metros) y los fuertes vientos que azotaron las pistas. Ambos fenómenos obligaron a Barajas a alterar los horarios de vuelo con el consiguiente retraso en las operaciones (el tiempo medio de demora se situó en 29 minutos). A estos dos factores, un portavoz del aeropuerto añadió el efecto dominó que trajeron consigo las demoras sufridas por los vuelos procedentes de otros aeropuertos a causa de la ola de frío.

A las siete de la tarde de ayer, en el aeropuerto de Barajas habían operado 547 de los 673 vuelos programados para toda la jornada. 262 operaciones correspondieron a aterrizajes. En este apartado, los retrasos afectaron, con un tiempo medio de 27 minutos, a más de la mitad de los vuelos. Las 285 operaciones restantes fueron despegues: un 43% registró retrasos cuya duración media fue de 30 minutos. La causa principal del desbarajuste fue la niebla, que redujo la visibilidad en pista a 800 metros. Para paliar esta situación, los responsables técnicos del aeropuerto activaron de 4.30 a 10.00 el denominado procedimiento de visibilidad reducida. Este programa de seguridad aumenta el tiempo entre una operación y otra. El resultado, según un portavoz del aeropuerto, es la reorganización del horario de vuelos, con los consiguientes retrasos en cadena.

La niebla dejó de ser un problema a las 12.15. A esa hora, el viento empezó a azotar las instalaciones aeroportuarias, lo que llevó a los responsables a cambiar la configuración de las rutas aéreas. "Al cambiar la dirección del viento, ha de cambiar el sentido de los aterrizajes, ya que los aviones siempre han de tomar tierra con el viento en contra. Por ello obligamos a los aviones a enfilar las pistas por el sur, en vez de por el norte, como es habitual", explicó el portavoz del aeropuerto.

Cambios de configuración

A las 18.45, la dirección del viento volvió a cambiar, por lo que nuevamente se reordenó el tráfico aéreo y los aviones volvieron a efectuar sus maniobras de aproximación por la cara norte de las pistas. "Estos cambios en la configuración de las maniobras obligan a cambiar las rutas aéreas, y tanto cambio provoca muchos retrasos, porque los aviones que están arriba [en vuelo] necesitan un tiempo de adaptación a las nuevas rutas, tienen que esperar y organizarse para poder bajar", explicó el portavoz del aeropuerto.

El pasado lunes, un parte meteorológico erróneo fue suficiente para provocar otra jornada de retrasos generalizados en el aeropuerto. El 63% de los vuelos previstos despegó ese día con una demora media de 33 minutos. El error se debió a que el equipo de meteorólogos de Barajas predijo una mañana de nieblas y brumas. El anuncio resultó falso y la consiguiente reordenación de los vuelos (que a su vez habían sido reducidos por la previsión) deparó demoras en cadena. Este hecho desató la crítica de la izquierda y del sindicato de pilotos, que cargaron contra la gestión del aeropuerto. El diputado socialista Fernando Abad comparó el aeropuerto con "una autovía que va congestionada en la que el fallo de un solo coche provoca el colapso total". Abad aseguró que "el continuo caos de Barajas hará que los madrileños aborrezcan el aeropuerto y viajen en tren o en coche". El diputado de IU Fernando Marín ironizó: "Curiosa manera la que tiene el PP en Barajas para fomentar el turismo".