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Populares y socialistas recuerdan al PNV que Euskadi ya está en la UE

Los dos grandes partidos estatales, PP y PSOE, a través de sus organizaciones en el País Vasco, descalificaron ayer en términos de "desvarío total", "absoluta falta de seriedad y rigor" y "delirio nacionalista" la referencia del portavoz peneuvista, Joseba Egibar, a la incorporación del País Vasco a la Unión Europea en el año 2004. El político del PNV dijo que en ese fecha Euskadi estará en condiciones de acreditar su "mayoría de edad política" a esos efectos. Ayer le recordaron que Euskadi ya está en la Unión, como el resto de España.

No por poco explicada dejó la sugerencia de Egibar de tener respuesta desde los partidos no nacionalistas vascos, mientras sus socios de Gobierno de EA callaron. Tampoco HB se pronunció. Las declaraciones del portavoz del PNV fueron analizadas tanto por el PSE como por el PP y Unidad Alavesa (UA) en el contexto de las ataduras contraídas por el partido de Xabier Arzalluz con la firma del acuerdo de Lizarra. Así, el secretario general del PP en Euskadi, Carmelo Barrio, repartió las culpas de los "discursos torpes y de retroceso" a medias entre el propio voluntarismo partidista del PNV y la escenificación soberanista que le estaría exigiendo HB. Manuel Huertas, vicesecretario general de los socialistas guipuzcoanos, consideró las palabras de Egibar como una muestra de "desvarío total", en el que a su juicio incurre el nacionalismo democrático cuando debe hacer causa común con HB y se contamina de su radicalismo. "Euskadi está en Europa porque forma parte de España", dijo Huertas. Y advirtió de que un País Vasco independiente dejaría de ser parte de la Unión, que, recordó, "está basada en las naciones Estado".

El jefe de filas de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, consideró poco probable la hipótesis esbozada por Egibar "ni para el año 2004 ni para el 2020". La defensa en Europa de los intereses de un país pequeño como Euskadi necesita la relación intensa con un país más grande y poderoso, dijo Redondo, que consideró legítima pero "absolutamente imposible" el futurible de Egibar. Sin embargo, la portavoz adjunta del PSE, Rosa Díez, cambió de destinatario para su mensaje. Dirigiéndose al presidente del Ejecutivo, José María Aznar, afirmó: "Que deje de mirar a otro lado y admita la importancia política que tiene contar con un socio, el PNV, que propugna la independencia". Joaquín Leguina, secretario de Cultura del PSOE, añadió que la historia está llena de "bromas pesadas" como la del portavoz peneuvista que "han terminado como el rosario de la aurora". Pero tampoco olvidó a Aznar. "Está poniendo", señaló, "una vela a Dios y otra al diablo".

"No hace falta esperar al 2004 para la entrada en la Unión", dijo el popular Barrio. "Euskadi ya es primera velocidad como parte de España", señaló, augurando malos tiempos para los nacionalismos como el del PNV en la consolidación de una Europa que se articula en base a sus realidades estatales. A su juicio, el PNV defiende la involución, el retroceso y el aislamiento del País Vasco, con un discurso torpe, de objetivos inalcanzables e irreales.

El secretario general de UA, Pablo Mosquera, pese a lo mermado de sus fuerzas tras las elecciones autonómicas, puso por delante el derecho de Álava a decidir con quién quiere estar, en una hipotética situación de elección entre España y Euskadi.

Mayoría constitucionalista

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El líder foralista llamó a todos los no nacionalistas a abandonar luchas partidarias para impedir que los nacionalistas se hagan con el control municipal en los comicios de junio. Mosquera quiere configurar frente a ellos una mayoría "constitucionalista", al menos allí donde los votos la harían posible: la Diputación de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria, todo un símbolo en su condición de capital de la autonomía vasca. Incluso IU, firmante del Pacto de Lizarra, aseguró que Euskadi será un Estado independiente "si lo quieren y así lo deciden los vascos, y no cuando el PNV quiera".

La referencia de Egibar al cambio en la configuración institucional de Euskadi y de Navarra propició también la respuesta del Gobierno navarro, en manos de la UPN. Su portavoz, Santiago Cervera, la calificó de "delirio nacionalista". La del político peneuvista sería una "visión de aldea" en la situación de cesión de soberanía que los propios Estados miembros deben ir realizando en el proceso de construcción europea.

Navarra, con voz propia

El portavoz del Gobierno navarro, Santiago Cervera, avanzó ayer la posición contraria del Ejecutivo y el legislativo de la comunidad foral a participar en la nueva mesa para la pacificación que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, quiere configurar en sustitución de la de Ajuria Enea. La alusión a la conveniencia de la presencia navarra en ese futuro foro la realizó Euskal Herritarrok. "Nos oponemos a ello de forma tajante", dijo Cervera ayer, "porque Navarra tiene y debe seguir teniendo voz propia en este proceso".El portavoz del Gobierno foral sí coincidió con Egibar en la importancia de las elecciones locales de junio, que en Navarra son también autonómicas. "Serán cruciales", convino Cervera, y por eso llamó a los electores navarros a "tomar buena nota" de la persistencia del nacionalismo vasco en su aspiración de "anexión de Navarra" y les advirtió de que para ello dispone ahora de "nuevas estrategias".

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