La fortuna se instala en Sort y visita Tenerife

La suerte se paró ayer en el pueblo tinerfeño de Gara Chico y dejó un buen pellizco en el cercano municipio de Buenavista del Norte, de 6.000 habitantes. En total la administración número 1 de Garachico, llamada Sanroquito en honor a San Roque, patrón del pueblo, repartió 3.864 millones de pesetas del gordo de la Lotería de El Niño entre poco más de 150 vecinos del norte de la isla. Sin embargo, todas las miradas se fueron hacia el pueblecito leridano de Sort, donde su lotero, que había vendido en 1994 y 1996 el gordo, ayer repartió el segundo. Que la lotería La Bruixa d"Or reparta premios empieza a ser una mágica costumbre en esta localidad.En Garachico, por el contrario, era la primera visita de El Niño. Lorenzo Dorta, consejero del Cabildo de Tenerife, se congratuló por el hecho de que el río de dinero haya beneficiado a la comarca de Daute-Isla Baja, una de las deprimidas de la isla.

El único despacho de lotería de la localidad norteña, regentado por Rafael Soler, llenó de millones los bolsillos de pescadores, trabajadores de la construcción y agricultores de la comarca, los principales compradores de los 161 décimos que vendió en su mayoría el equipo de dominó Buenavista-Candesa. Nicolás Hernández fue el encargado de comprar las 20 series del número 33.638, que luego venderían los miembros del club de dominó, que milita en la segunda categoría A, para ayudar al equipo.

Ferretero de profesión, de 58 años, Hernández, que apenas podía contener la emoción, comentaba: "Lo primero que hice fue cerrar el negocio y acudir a un banco a ingresar el décimo que jugaba". Pero los miembros del equipo de dominó no pudieron vender todos los décimos que compraron y el lunes devolvieron más de cinco series a la administración de lotería. Gracias a esa devolución de última hora -de 46 décimos, de los que luego se vendieron siete-, algunos vecinos de Garachico pudieron tocar la fortuna.

Tanto fue así que Juan Rafael Barroso casi no tuvo tiempo de tener en sus manos el número que luego resultó premiado. "Llamé a la administración ayer por la noche [el lunes] y le dije al administrador que me reservara tres números que fui a buscar hoy a las 10.30 de la mañana. Media hora después me tocaron 24 millones de pesetas", explicaba mientras brindaba con cava y daba saltos de alegría el agraciado joven.

También, casi por casualidad, se enteró de que había ganado un buen pellizco Santiago Toledo, un pescador de Garachico que, como cada mañana, se había echado al mar sin acordarse del número que había comprado a medias con su hermano Cirilo. Ayer lloraba de emoción cuando nada más bajar de su barca lo esperaban para rociarlo con cava y darle la feliz noticia.

El Lleida, en cambio, apenas hubo sorpresa. Cada vez existen menos dudas: la pequeña localidad de Sort está aliada con la fortuna. Su única administración de lotería repartió ayer 4.200 millones de pesetas. El establecimiento vendió íntegramente el número 61.602, agraciado con el segundo premio del sorteo de El Niño. En la administración de La Bruixa d"Or, regentada por Xavier Gabriel y su mujer, Rosa Galí, llueve sobre mojado desde que en los sorteos de El Niño de 1994 y 1996 repartiera 10.000 y 7.000 millones de pesetas, respectivamente. Desde entonces, la suerte no ha dejado de visitar el local de este matrimonio, cada vez más abrumado por la buena racha. Hace dos semanas, en el último sorteo de Navidad, repartió más de 1.600 millones de pesetas en premios. Pero el dinero no se ha quedado en Sort, un pueblo de apenas 1.700 habitantes. Ha viajado a la cercana localidad de Balaguer, al bar Toc. El local está abonado desde hace dos años al número agraciado. Su propietario, Miguel Gálvez, un malagueño de 47 años, compró 110 décimos en Sort, por lo que ha repartido un total de 1.320 millones entre sus clientes, en su mayoría trabajadores y jóvenes en paro. A él le han tocado 30 millones. En el Toc se sucedían las escenas de júbilo durante todo el día y los agraciados hacían correr ríos de cava y de whisky. Algunos abandonaron momentáneamente el puesto de trabajo para sumarse a las celebraciones. No había para menos. Mónica Ruiz, de 18 años, compró un décimo a medias con su novio y explicó que destinará los 12 millones que le han correspondido a la compra de un piso. Una de las personas que se sumó a la alegría fue el alcalde de Balaguer, quien destacó que el premio equivalía al presupuesto municipal de la ciudad para este año.