El anuncio de mal tiempo retrasó el 63% de los vuelos de Barajas

Barajas no levanta el vuelo. El aeropuerto madrileño vivió ayer su segunda jornada de retrasos. El 63% de los 868 vuelos programados sufrieron demoras superiores a los 15 minutos. El director de Barajas, José Manuel Hesse, explicó que las previsiones de niebla y mal tiempo en el aeropuerto motivaron que el control central de Bruselas (encargado de coordinar los vuelos de los aeropuertos) redujera a 40 los movimientos en cada hora. La media de un día normal alcanza los 55.

El retraso medio de Barajas se situó al final del día en unos 33 minutos (por la mañana, con un 75% de retrasos, alcanzó los 35 minutos). También se cancelaron 19 vuelos, según los datos facilitados por un portavoz del aeropuerto.El procedimiento que se siguió ayer es el habitual para mantener las condiciones de seguridad en los aeropuertos, según el director de Barajas. Cuando se prevé mal tiempo (como nieve o hielo) o que vayan a reducirse las condiciones de visibilidad, el control aéreo de Torrejón de Ardoz informa a Bruselas. Las medidas que suele tomar la central europea consisten en reducir el número de aterrizajes y despegues de cada hora. También se comunica a las torres de control de cada aeródromo (en este caso, Barajas) que ajusten sus horarios y cancelen los vuelos que sea necesario para cumplir sus órdenes. Las compañías se ven obligadas entonces a pedir nuevos horarios para sus aviones.

El problema de Barajas se produjo ayer porque las previsiones de niebla y brumas matinales no se cumplieron. El aeropuerto amaneció con una visibilidad suficiente para mantener el número de movimientos fijados. Sin embargo, el control aéreo de Bruselas ya había dado orden de reducir a un 60% las entradas y salidas del aeropuerto. Entonces se necesitaron cerca de tres horas para conseguir que Bruselas retirara las restricciones y Barajas pudiera volver a operar a pleno rendimiento.

"Es un proceso lento que demora durante varias horas el aeropuerto y que nos impide actuar al cien por cien. Durante ese tiempo tenemos que estar con las órdenes del control europeo, y los retrasos se nos acumulan minuto a minuto", comentó el director de Barajas.

El aeropuerto madrileño, debido a la entrada en funcionamiento de la tercera pista, tenía previsto aumentar sus movimientos por hora. Iba a pasar de los 55 anteriores a 60, con lo que se podrían hacer casi un 10% más de movimientos cada hora. Ese aumento hubiese permitido, según Hesse, reducir las demoras que sufrió el aeropuerto durante todo el fin de semana. Sin embargo, las previsiones meteorológicas dieron al traste con su puesta de largo.

"Estos retrasos no han sido problemas de Barajas, y entiendo que es un problema que no tiene por qué reproducirse en los próximos días, salvo que cambie mucho el tiempo", señaló José Manuel Hesse.

Vuelos latinoamericanos

Los vuelos procedentes de Latinoamérica también fueron destacados como causa de las demoras que sufrió el aeropuerto. Según la citada fuente, los vuelos de La Habana y Santo Domingo salieron tarde de sus aeródromos de origen por el mal tiempo y motivaron que el índice de demoras también aumentara. Estas mismas causas se apuntaron el domingo por la tarde para justificar el retraso que afectó al 45% de los vuelos. El retraso medio entonces alcanzó los 25 minutos.

Sin embargo, el panorama cambió ayer por la tarde. Los pasillos estaban casi vacíos y no se producían las aglomeraciones.