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El 'caso Mandelson' acaba con otra carrera política en Londres

Charlie Whelan, el extrovertido y polémico portavoz del ministro de Hacienda, Gordon Brown, y la figura principal detrás de las dimisiones el mes pasado de dos ministros laboristas acusados de amiguismo, anunció ayer su renuncia en un intento de desactivar la ola de críticas que se abate sobre el Gobierno de Tony Blair.Whelan fue señalado como la fuente de la revelación de que el controvertido ministro de Comercio y brazo derecho de Blair, Peter Mandelson, ocultó la concesión de un préstamo personal de 373.000 libras esterlinas (unos 90 millonesde pesetas) por parte del multimillonario ministro del Tesoro, Geoffery Robinson, para comprarse una casa en el barrio londinense de Notting Hill Gate antes de que ambos llegaran al poder. La información está supuestamente contenida en el primer capítulo de la biografía de Mandelson que el columnista político del diario The Mirror va a sacar al mercado en marzo próximo.

A pesar de la dimisión de Whelan, que entrará en efecto "en el momento apropiado", según la carta que entregó a Brown ayer, el llamado Mandelsongate está muy lejos de ser olvidado. Analistas políticos consideran que, por el contrario, está llamado a reabrir viejas heridas dentro del laborismo. Blair y Brown se disputaban el liderazgo del partido en 1994 cuando Mandelson montaba un estratégico asalto contra los conservadores de John Major en las elecciones de tres años después. Según fuentes próximas a Brown, Mandelson "traicionó" a Brown para dedicarse íntegramente a la promoción de Blair como candidato del partido, en el poder desde hace 20 meses.

Recelos en el Gobierno

El portavoz oficial de Blair, quien se encuentra de vacaciones en las Seychelles a la espera de viajar mañana en visita oficial a Suráfrica, hizo todo lo que pudo por negar que existieran tales divisiones y que hubiera recelos entre el ministro y el premier. "Gordon y el primer ministro tienen probablemente la mejor relación que hayamos conocido entre un ministro de Hacienda y un primer ministro", manifestó a una incrédula prensa. "Uno de los clichés de anteriores Gobiernos era que los primeros ministros y los ministros de Hacienda no se llevaban bien. Este primer ministro y este ministro de Hacienda ni se han peleado ni se van a pelear".

Whelan expresó resentimiento. "Es absurdo que justo el día en que comienzan las transacciones con el euro, en la semana en que debe reunirse el comité de política monetaria, y en los momentos en que el canciller del Exchequer [ministro de Hacienda] está trabajando en una serie de proyectos, toda la atención se vuelque hacia mí", dijo. Whelan, de 44 años, ha negado todo vínculo con la costosa filtración que ha asestado el mayor golpe al gabinete desde que Blair se convirtió en primer ministro.

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