Cárnicas Molina inicia protestas por la pérdida de 175 empleos en su venta
La venta de la empresa cárnica jiennense Hijos de Andrés Molina (HAMSA) supondrá la desaparición de 175 de los 475 que actualmente tiene la empresa. Así se lo comunicó ayer el presidente del Instituto de Fomento de Andalucía (IFA), Salvador Durbán, a los representantes de UGT y CC OO con los que mantuvo una reunión en Córdoba para informarlas sobre "la situación y las opciones" a la compañía. Al encuentro asistieron dos directivos de Campofrío, la empresa que se perfila como principal candidata a la adquisición. En esta reunión, los sindicatos conocieron algunos datos más sobre el proceso de compra, acelerado por la resolución de la UE que obliga a la compañía a devolver los 9.000 millones de ayudas que recibió de la Junta y del Gobierno central. Se les explicó que la oferta que hay sobre la mesa incluye una renovación tecnológica que hasta ahora no se ha acometido, la creación de una nueva factoría y una inversión de 4.000 millones. Pero no se especifica cual es "el proyecto industrial" de la nueva compañía, según explicó el dirigente de CC OO Alfonso Martínez Foronda. Los dos comités de empresa de la cárnica -en los que están representados UGT, CC OO y CGT- convocaron en la tarde de ayer una asamblea informativa, que concluyó con una concentración ante las sedes de la delegación del Gobierno andaluz y la Subdelegación del Gobierno en Jaén. Esta primera protesta duró unos minutos, ya que será a partir de esta mañana cuando se proyectarán futuras acciones. Las condiciones La protesta de los empleados de Molina se debe a varias causas. De entrada, por la pérdida de 175 empleos de los que sólo 52 o 53 serán prejubilaciones, según los sindicatos, ya que el resto se resolverá por bajas incentivadas. Por otra parte, por desconocer con qué dinero se saldarán esas 120 salidas voluntarias de la empresa, porque se ha sugerido que sean los Fondos de Garantía Salarial (Fogasa) de los 300 trabajadores que sean asumidos por Campofrío los que cubran este apartado. Además, está la pérdida de derechos adquiridos de quienes se queden, porque pasarán a las filas del Inem desde que se produzca la liquidación formal de Molina hasta ser contratados por Campofrío, así que en ese caso suscriben una nueva relación laboral donde no se reconocen aspectos como la antigüedad. Para los sindicatos, la negociación debe incluir el mantenimiento de la plantilla con las actuales garantías laborales y que las bajas sean voluntarias. En la tercera semana de este mes está previsto que se reúna la junta de accionistas para crear la comisión de liquidación. Este órgano se ocupará de vender los activos y desmantelar la actual compañía para que la aspirante los adquiera e impulse su nuevo proyecto industrial. Los accionistas están convocados el 26 de enero, 24 horas después de que se produzca la subasta pública de los títulos que siguen en manos de los herederos de Andrés Molina.
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