Previsiones para todo un año
U n año por delante cargado de previsiones para Andalucía. Entrada de lleno en la presidencia europea por parte de Alemania, que tiene ante sí la intención de reducir su aportación, con la Agenda 2000 y con un replanteamiento general de la Política Agraria Común, así como de los fondos que en buena parte nutren las inversiones en nuestra tierra. Recorte de ayudas se llama eso que nos va a caer encima conforme a los planes del jefe del Ejecutivo alemán, Gerhard Schröder, quien precisamente pasa estos días de descanso en Marbella. De modo que Andalucía aterriza en un año sin duda decisivo. En este 1999 termina además el Acuerdo de Pesca entre la Unión Europea y Marruecos. A vueltas con el amarre forzoso y la angustia para la flota andaluza. Las autoridades marroquíes ya han advertido que no habrá nuevo tratado, así que el panorama es bien incierto para el sector pesquero andaluz que no tiene alternativa posible. No cabe, por tanto, lugar para la sorpresa. Será el último año antes de un 2000 que abrirá una nueva era, la del ferrocarril, según lo anunciado por el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado. Así que todo hace indicar que será un ejercicio prácticamente en blanco para el desarrollo del proyecto del AVE Córdoba-Málaga. O sea, que habrá que esperar, como decían de forma críptica los dirigentes populares andaluces, al horizonte del año 2000 para comprobar cómo por fin se acomete esta tan demandada obra. Temas pendientes Sobre la mesa, y pendiente de resolución, queda el reconocimiento del censo de población, la financiación autonómica, la deuda histórica y nuevas transferencias de competencias. Pocos indicios apuntan a que estos graves e importantes asuntos vayan a resolverse a lo largo de este nuevo curso, por lo que la confrontación política campará a sus anchas y quizás con mayor crudeza ante la proximidad de las elecciones municipales. De igual modo, deberá ser, de una vez por todas, el año del empleo y de calidad. En Andalucía, con la puesta en marcha de la jornada de 35 horas semanales, mientras que en el ámbito europeo se aguarda con interés lo que puedan hacer los socialdemócratas que gobiernan en los distintos países, así como la misma presidencia alemana, en el establecimiento de un gran pacto por el empleo, una concertación de medidas efectivas para luchar contra el paro. Todo ello sin olvidar lo que pueda pasar con las empresas públicas radicadas en Andalucía, como CASA, Astilleros y Bazán. Aún así, se ha de cerrar también una nueva fase de concertación social entre la patronal andaluza, la Junta y los propios sindicatos, aunque, en esta ocasión, todo apunta a una difícil situación que haga imposible finalmente establecer la renovación del acuerdo que vienen manteniendo todas las partes implicadas en Andalucía. Será también el año de la entrada en vigor de la Ley Andaluza de Cajas de Ahorro. Con la voluntad de concitar el máximo apoyo posible, quién sabe si la tramitación y posterior estreno de esta importante norma va acompañada de nuevas fusiones de entidades que modifiquen el mapa de cajas en Andalucía hasta reducirlo a tan sólo dos, como ya apuntara el propio presidente de la Junta, Manuel Chaves. Pero este año en el que ya estamos encierra otras interrogantes, desde luego más preocupantes aún para Chaves. Por ejemplo todas aquéllas relacionadas con el vertido tóxico de las minas de Aznalcóllar. Se espera la conclusión inminente de la fase de instrucción judicial del caso, proceso que puede acabar involucrando a los consejeros de Trabajo e Industria, Guillermo Gutiérrez, y de Medio Ambiente, José Luis Blanco. De ser así, el presidente de la Junta de Andalucía sin duda que se vería obligado a introducir cambios en su Consejo de Gobierno. Sería la hora de asumir entonces las responsabilidades políticas que se vienen exigiendo.
