Absténgase de incinerar al marcapasos

Los marcapasos son unos dispositivos que, más allá de su función en el control del latido cardiaco, son unos perfectos desconocidos. Porque ¿sabía usted que pueden explotar sometidos a una fuente de calor; provocar una deflagración comparable a la que dos gramos de TNT y lanzar una bola metálica de ocho kilogramos a 100 km por hora? Esto es lo que pasó en un crematorio de una localidad francesa. Lo que parecía una incineración al uso terminó en un juicio inusual. Una viuda de 82 años deberá pagar los daños provocados en el crematorio de Gieres, unos 27,5 millones de pesetas, por la explosión del marcapasos implantado en el cuerpo de su difunto marido. Los jueces estimaron que la condenada hizo una falsa declaración al firmar el documento preceptivo para la incineración asegurando que el difunto no portaba un estimulador cardiaco u otro aparato a pilas. La viuda pagará un tercio de los daños, pero el médico que autorizó la cremación el resto, 55 millones de pesetas, por no verificar la presencia del marcapasos. Esto difícilmente se repetiría en España. Entre otros motivos porque no se exigen formularios de este tipo para la incineración, según explican un responsable de los servicios funerarios municipales de Madrid. "Aquí no existe ningún oficio al respecto. Se pregunta verbalmente a la familia por si quiere recuperar el marcapasos. Y, además, no tiene ninguna importancia. Se puede producir una mínima explosión, pero mínima, como si fuera un perdigonazo", asegura el funcionario.

Debe haber marcapasos y marcapasos. Porque el cardiólogo del hospital Universitario de Valladolid, Jerónimo Rubio, si que les tiene respeto. "Por supuesto que son peligrosos", dice. "En sus componentes tienen una pila química y se preparan con aire a presión cerrado herméticamente. Lo lógico pues es que exploten si se someten a una fuente de calor tan potente". Rubio asegura que en todos los manuales se advierte del peligro de explosión. "Incluso en una inhumación son peligrosos porque la pila puede contaminar la tierra". En su servicio hospitalario existe la orden expresa de quitar el marcapasos a toda persona que fallezca, si bien reconoce que no existe una regulación legal que asegure esta práctica.