Una minuta de 14 millones por hora

El acuerdo que puso fin a la guerra del tabaco en Estados Unidos convertirá en multimillonarios a los abogados que trabajaron para los Estados implicados en el contencioso. Tan elevadas son las facturas presentadas que varios Estados han decidido querellarse contra ellos para tratar de rebajar el precio de su asistencia legal. Los letrados aseguran que se han limitado a pedir su tarifa habitual: el 33% de la indemnización conseguida. Sin embargo, la enorme cantidad de dinero pactada en el acuerdo del tabaco convierte esta factura en algo disparatado.El compromiso que acabó con la "guerra del tabaco" obliga a la industria a pagar 206.000 millones de dólares (unos treinta billones de pesetas, la tercera parte del producto interior bruto de España) a 46 Estados para cubrir los gastos sanitarios que se derivan de los efectos nocivos del consumo de cigarrillos; otros cuatro Estados (Tejas, Florida, Minnesota y Misisipí) habían llegado antes a pactos independientes con las tabacaleras. En total, el dinero que pagarán los fabricantes de tabaco en los próximos 25 años a las autoridades de EEUU es superior al PIB de muchos países desarrollados. A cambio, los Estados se comprometen a no llevar ante los tribunales a las tabacaleras por el perjuicio que el tabaquismo ha causado a la sanidad pública.

Los fiscales de cada Estado estaban a su vez representados por bufetes de abogados que han presentado ahora las facturas por su trabajo. En el caso de los abogados de Tejas, por ejemplo, sus ingresos por la "guerra del tabaco" ascenderán a 3.300 millones de dólares (casi medio billón de pesetas, es decir, 100.000 millones de pesetas para cada uno de los cinco abogados implicados), la minuta legal más alta pagada en la historia de un país que profesa una profunda afición por los tribunales.

Sin embargo, los abogados de Tejas no están satisfechos. Esa cantidad es sensiblemente inferior a la que ellos exigían: ni más ni menos que el 33% -su tarifa habitual- de los 17.300 millones de dólares en los que se cerró el acuerdo para dicho Estado. Si hubieran logrado su propósito, se habrían embolsado, pues, 850.000 millones de pesetas. Los letrados se mostraron tan inamovibles en sus exigencias económicas que tuvo que ser un tribunal de arbitraje el que finalmente estableciera la cantidad que cobrarán por sus servicios, a pagar en los próximos 10 años.

En el conflicto también entran en juego intereses políticos: los republicanos tratan de impulsar una legislación que ponga límites a las facturas de abogados cuando representen a Estados o al Gobierno central. A nadie se le escapa que las grandes firmas de letrados son tradicionalmente generosas donantes al Partido Demócrata en periodos electorales. Incluso un republicano moderado como John McCain ha dicho que los grandes vencedores del acuerdo son los abogados que lo negociaron, y no los Estados que recibirán el dinero.

La industria del tabaco no ha podido callar su opinión al ver que casi la cuarta parte de lo que pagarán para gastos sanitarios irá en realidad dirigida al pago de la defensa. En un comunicado, la compañía Brown & Williamson Tobacco Corp. aseguraba que las facturas de los letrados son "obscenas" y "nada razonables".

Incluso el gobernador de Tejas, George Bush, hijo del ex presidente de Estados Unidos, se ha pronunciado sobre tan elevada minuta: "Nunca estaré de acuerdo y nunca entenderé que cinco abogados puedan cobrar 3.300 millones de dólares por trabajar menos de dos años en un caso que ni siquiera llegó a juicio".

Bush se molestó en hacer la cuenta del precio por hora de trabajo de cada letrado si finalmente conseguían su propósito, como así ha sido: 14 millones de pesetas por cada 60 minutos dedicados a trabajar en la "guerra del tabaco".

Sin embargo el presidente del tribunal de arbitraje que ha cerrado la polémica, John Calhoun Wells, aunque reconoció que las facturas de los abogados son "muy sustanciosas", recordó que "sin ellos no habría sido posible un acuerdo multimillonario con las empresas tabacaleras".