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FÍSICA: MATERIA CONDENSADA

Sin resistencia y a alta temperatura

En la forma convencional de superconductividad, los electrones se condensan en pares y el resultado es un tipo de fluido electrónico que conduce la electricidad sin resistencia. Hace años se descubrió que muchos metales se convertían en superconductores al ser enfriados con helio líquido, pero es demasiado caro y difícil de mantener para ser usado como congelante en la transmisión a gran escala de corriente eléctrica.Pese a ello, los inventores han concebido grandes anillos superconductores de almacenamiento que proporcionarían enormes cantidades de energía al instante para las centrales de energía o para propulsar armas militares guiadas por haces. Los visionarios han diseñado trenes elevados sobre campos magnéticos generados por imanes superconductores.

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Se han desarrollado algunas aplicaciones con aleaciones superconductoras, especialmente las basadas en niobio. Se usan imanes superconductores en equipos clínicos y en aceleradores de partículas.

Pero la construcción de una línea eléctrica superconductora seguía siendo un sueño. Para prescindir del helio líquido, los ingenieros tenían la esperanza de encontrar algún material que se hiciera superconductor a una temperatura más elevada, quizá incluso a temperatura ambiente o, al menos, a la del nitrógeno líquido (205º bajo cero).

En 1986, los dos físicos del laboratorio de IBM en Zúrich, Suiza, Georg Bednorz y K. Alex Müller, descubrieron algo trascendental, por lo que recibieron el Premio Nobel al año siguiente. Descubrieron que una nueva clase de compuestos llamados perovskitos de óxido de cobre (con finas capas de cobre y átomos de oxígeno) se hacían superconductores a temperaturas bastante por encima de la del nitrógeno líquido.

Pronto se dieron cuenta los físicos de que faltaba mucho para que los perovskitos de óxido de cobre se pudieran utilizar para transmitir grandes corrientes eléctricas. En algunos casos, las grandes corrientes destruían la superconductividad. Además, muchos superconductores de alta temperatura eran tan frágiles que no se podían ni doblar ni fabricar en cables sin romperse.

Otro problema era el llamado desplazamiento. En los superconductores de alta temperatura, la corriente que transmiten genera un campo magnético fuera de ellos; el campo penetra después en el superconductor como una celosía de líneas vórtices. Mientras estas celosías se mantengan en su sitio, la superconductividad se mantiene, pero si se desplazan, la superconductividad cesa. La resolución de estos problemas ha ocupado a los investigadores teóricos y experimentales en los últimos diez años.

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