Precisiones

A la vista de la noticia publicada en este diario el pasado día 21 de diciembre, página 22, en la que aprovechando una información respecto de las retribuciones de los ediles del Grupo Popular en el Ayuntamiento de La Carolina (Jaén) se contenía un suelto en negrita bajo el titular Los amigos de don Ramón, en el que de forma innecesaria, extraña y sospechosa se realizaban imputaciones y alusiones a mi persona que en nada ilustraban o tenían relación con la noticia en que se insertaron; por lo que considero obedecen a un ánimo difamatorio y de campaña política más que al afán informativo que debiera presidir la actuación de un periódico de esta relevancia, poniéndome todo ello en la obligación de ejercitar el derecho de rectificación que me asiste respecto de tan desafortunada columna.Así, se me imputa en dicho suelto un estilo político "paternalista" con mis correligionarios, a la par que un estilo "despótico" con mis adversarios. De igual forma, se tilda a la gestión municipal como de "poco transparente". No creo que tales cosas sean la causa de que en las elecciones locales de 1979, 1983, 1987 y 1995 el pueblo de La Carolina me entregara su confianza de forma abrumadora, a cuyo efecto le acompaño cuadro-resumen de los resultados electorales celebrados en nuestra localidad.

No creo que ese supuesto estilo paternalista y despótico sea la causa de que en La Carolina estemos a punto de lograr un hecho excepcional en los municipios de España, como es el pleno empleo.

No creo que mi estilo despótico y paternalista sea el que haya logrado que La Carolina quizás sea el único municipio de España actualmente donde no existe un solo hogar que no tenga un ingreso económico, percibiéndolo quien no lo tenía a través de una fundación creada a tal efecto por mi gestión en el Ayuntamiento.

Por otro lado, es falso que sea octogenario pues, en honor de la verdad, aún me faltan unos cuantos años. Asimismo, resulta incierto que las altas personalidades de la nación que se citan en su desafortunada columna hayan visitado alguna de mis fincas de olivos.

Por último, y en cuanto a mi carácter de fundador de AP, germen del actual Partido Popular, no es sino un orgullo el haber contribuido a crear el origen del partido político al que de forma mayoritaria los españoles concedieron su confianza en las últimas elecciones generales, y que según todas las encuestas volverá a hacerlo a la vista de su gestión brillante y eficaz, de la que me siento orgulloso, igualmente en mi condición de senador de dicho grupo político.-