Los nacionalistas pretenden cerrar con EH un pacto para cuatro años tras la investidura
Arzalluz resalta la novedad "estratégica" de que HB trabaje activamente en la Cámara vasca
El próximo lehendakari, Juan José Ibarretxe, quiere gobernar con un colchón suficiente en el Parlamento de Vitoria. De esta manera, la negociación con Euskal Herritarrok (EH), la única fuerza que se ha mostrado dispuesta a apoyar el programa rubricado ayer, no se detendrá en amarrar el voto para Ibarretxe de los 14 parlamentarios abertzales. El candidato del PNV anunció que las negociaciones seguirán después del día 29, fecha del pleno de investidura, y que se pueden prolongar "incluso semanas" para dejar atado un pacto de legislatura que dé al Ejecutivo la estabilidad en la que Ibarretxe tanto ha insistido.
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, elogió la "novedad estratégica" de que EH vaya a trabajar activamente en las instituciones -"ya no hay partidos extraparlamentarios", dijo- y la superación del cisma en la familia nacionalista que de nuevo vuelve a gobernar en un Ejecutivo monocolor.Peneuvistas y EA dan por hecho, en privado, que la coalición que encabeza Arnaldo Otegi apoyará a Ibarretxe en el pleno del investidura del próximo martes. Las negociaciones, sin embargo, van a seguir su curso porque el futuro lehendakari no quiere detenerse en un apoyo puntual que se distancia de la vocación de estabilidad y mayoría que pretende insuflar a su Ejecutivo. Ibarretxe, Arzalluz y el presidente de EA, Carlos Garaikoetxea, quisieron alejar ayer durante la firma del pacto cualquier sombra de "provisionalidad" sobre el gabinete y rechazar cualquier sospecha de que la acción de gobierno se vaya a convertir en un "frentismo" excluyente para el electorado que no comulgue con el nacionalismo.
Es evidente que PNV y EA han pensado en consolidar un panorama de estabilidad para toda la legislatura junto a Euskal Herritarrok. "Este gobierno va a tener un amplio respaldo parlamentario", aseguró confiado Garaikoetxea. Ibarretxe reiteró que la negociación con la marca electoral de HB tiene como eje fundamental el programa de gobierno ayer suscrito.
Guiños a HB
El documento, de 53 páginas, hace varios guiños expresamente dirigidos al mundo independentista. Sobre el euskera, uno de los tres ejes que la coalición abertzale considera fundamentales para corresponsabilizarse con el nuevo Ejecutivo, el programa apuesta por desarrollar planes que introduzcan el euskera como lengua de trabajo en las administraciones, la Sanidad pública y la Justicia, éste último un ámbito donde los independentistas se han volcado en campañas de presión a los jueces. Se impulsa además la colaboración con entidades públicas y privadas de Navarra y el País Vasco francés para la promoción del euskera, lo que casa perfectamente con la concepción transfronteriza que EH tiene de la política lingüística. El propio acuerdo de gobierno hace extensiva en otro momento esa "cooperación transfronteriza con Iparralde " tanto a nivel institucional como entre entidades privadas.Otro guiño a la plataforma electoral de HB es la "específica atención" que se dará a la "colaboración competencial y sectorial" con Navarra. El pacto aboga expresamente por la colaboración a través "de agentes económicos y sociales operantes en ambos territorios", del mundo de la cultura, la educación y entidades financieras de las dos comunidades. Estas cuestiones, el carácter marcadamente progresista en políticas activas de empleo y el papel que se otorga a los ayuntamientos en la elaboración compartida de las políticas sectoriales, son una buena pista de aterrizaje para alcanzar un acuerdo para cuatro años con EH; algo que los independentistas no descartan siempre que se avance en la construcción de un nuevo marco jurídico político que desborde el actual. En ese sentido, el programa es claro a la hora de no hacer "tabla rasa de lo que el sistema democrático ha ido construyendo".
Con todo, Arzalluz deja abierta la puerta a que tras las elecciones locales del próximo junio, su formación vuelva a sellar alianzas con partidos no nacionalistas, lo que Ibarretxe tampoco descarta si fracasa la búsqueda de un pacto de legislatura con EH.
Arzalluz destacó que los nacionalistas vuelven a formar gobierno como en los tiempos en los que el nacionalismo democrático no había sufrido su escisión (1986). "Volvemos a gobernar los de entonces, aunque ahora escindidos" o "volvemos a formar un gobierno nacionalista", fueron ideas que el presidente peneuvista recalcó en un tono con proyección de futuro que casa con la oferta del PNV a EA para cerrar listas conjuntas para las municipales como paso previo a una reconciliación que, desde EA, se ve aún muy verde.
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