"La crisis no ha terminado, y el próximo golpe será en Brasil"
Rudi Dornbush, de 56 años, es desde 1975 catedrático de economía del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), en Estados Unidos, una prestigiosa institución que pasa por ser fábrica de premios Nobel de Economía. El renombrado guru de las finanzas internacionales desde hace más de cinco años ha visitado Madrid invitado al Foro del Liderazgo Empresarial, organizado por el Instituto de la Empresa, para dar su visión, bastante escéptica y expresada con ironía, de la situación y las perspectivas de la economía mundial. Pregunta. La invitación a su conferencia dice que usted vino a Madrid a hablar sobre las tendencias económicas mundiales ¿Cuál son en este momento esas tendencias?
Respuesta. Yo creo que la primera gran pregunta es: ¿ha terminado la crisis? Y la respuesta es: no. Segundo ¿Será la próxima crisis en Brasil? Sí. Y tercero ¿Podemos esperar una mayor estabilización de las economías europeas y estadounidense? Sí
P. ¿Por qué afirma con tal seguridad que la próxima crisis será en Brasil?
R. Bueno, no ha presentado un plan de ajuste convincente. Aún experimenta una fuerte salida de capitales y, si observamos los índices macroeconómicos, Brasil tiene tasas de interés del 40% en términos reales, un déficit de cuenta corriente del 12% y un déficit público del 8%. La economía ha entrado en recesión, el país tiene una enorme deuda externa y una creciente y ya importante deuda interna. ¿Qué puede ser peor? En 1998 la economía no creció y para 1999 las previsiones son de que decrecerá.
P. ¿Espera una devaluación del real, la moneda brasileña?
R. Creo que habrá una crisis, pero aún es pronto para prever la devaluación de la moneda.
P. ¿Qué efectos tendrá la crisis brasileña en la región latinoamericana?
R. Bueno, tendrá un profundo impacto en Argentina, dada la estrecha relación comercial que ese país tiene con Brasil. También desestabilizará las economías de Chile y Colombia, y acentuará la crisis venezolana, otra caída que todo el mundo está esperando. Sin embargo, el impacto no será igual a aquel que tuvo la crisis del peso mexicano o la procedente del sureste asiático. Habrá inestabilidad financiera, pero básicamente se traducirá en una mayor desaceleración del crecimiento.
P. ¿Tiene alguna, propuesta para evitar la crisis de Brasil?
R. Creo que debería mirar a Argentina. Está creciendo, da esperanzas a la gente joven y creo que va en la dirección correcta.
P. ¿Y cree que puede mantenerse esa receta, pese a la alta tasa de desempleo que Argentina tiene?
R. El desempleo es el reflejo de una profunda y dramática reestructuración. Chile vivió la misma situación en los ochenta. Pero ahora Argentina, como lo ha hecho Chile en los últimos años, está bajando rápidamente su tasa de paro. Además, el desempleo no es sólo el resultado de un proceso de reformas estructurales, también lo es de 40 años de mala administración de las finanzas públicas.
P. ¿Y cuál será el efecto de una crisis latinoamericana en Estados Unidos, el mayor socio comercial y acreedor de la región?
R. La economía estadounidense no se verá mayormente afectada. Tiene una baja tasa de desempleo, la inflación está controlada. No habrá una recesión económica en Estados Unidos. Tan pronto como hubo un peligro de desaceleración del crecimiento se bajaron los tipos de interés y esta medida garantiza la continuidad del progreso sostenido. Sin embargo, los mercados financieros si pueden sufrir fuertes retrocesos, pero esto no es un drama, no hará mella en la economía real estadounidense.
P. ¿Pero qué sucede si hay una crisis en América Latina? ¿Podrá EE UU absorber los productos latinoamericanos como hizo con los asiáticos y llevar a otro nivel récord su déficit comercial?
R. No creo que la desaceleración sea tan fuerte como para que EE UU tenga que absorber también las exportaciones latinoamericanas como lo ha hecho con las asiáticas para aliviar la economía mundial.
P. ¿Y cuál será el efecto de una crisis latinoamericana en España?
R. No veo que España sufra un contagio de las economías latinoamericanas en su economía real. España no tiene problemas de confianza empresarial, ni dudas sobre la estabilidad de su moneda, ni sobre su déficit público, ni sobre los tipos de interés. Como en EE UU, los mercados financieros sufrirán el impacto en mayor medida, y, por su puesto, lo sufrirán las empresas españolas con intereses en América Latina sobre todo. Pero, en términos macroeconómicos, la economía española no sufrirá fuertes daños.
P. ¿Qué consejos daría usted a los empresarios españoles que le invitaron a venir?
R. Eso está fuera de cuestión.
P. Bueno, digamos que un buen amigo le pregunta si es aconsejable invertir ahora en América Latina. ¿Qué le diría?
R. Que hay cuestiones que resolver en aquella región antes de pensar en una inversión.
P. ¿Veremos más volatilidad financiera en el futuro inmediato?
R. Sí, por supuesto. Pero eso no es preocupante. Al contrario, diría que ha sido sano en alguna medida. Ha permitido una corrección de la sobrevaloración que tenían los mercados financieros, y eso es bueno.
P. ¿Recomienda la inversión bursátil en este momento? R. Desde luego. Es un juego mucho más divertido que el fútbol, y quien invierta a largo plazo obtendrá beneficios, pues los mercados financieros siempre los han dado sobre una inversión a largo, plazo.
P. ¿Lo aconseja a pesar de lo que pueda decir, por ejemplo, una agencia de calificación de riesgo?
R. Sí, porque creo que lo que las agencias de calificación de riesgo han estado aconsejando es terrible. Han sido totalmente incompetentes en Asia, en Brasil. . . y han tratado de enmendarse cometiendo más errores. Pero lo malo no es que existan, deben existir, pero deben ser más profesionales, más competentes.
P. ¿Los planes de reactivación puestos en marcha por Japón darán el resultado positivo que el Gobierno espera?
R. Japón estará por un largo tiempo en recesión. Sufrirá los efectos de su crisis por lo menos durante 10 años más.
P. Japón ha respondido a lo que la comunidad internacional le exigía para frenar la crisis si el plan no funciona, ¿que más puede hacer?
R. La comunidad internacional no ha hecho nada. Por tanto, partir de esa premisa es incorrecto. Europa y EE UU han bajado sus tipos para salvaguardar sus economías y el FMI ha hablado con Brasil, pero este país sigue en una muy mala situación y Japón tiene los peores indicadores económicos que se pueden tener.
P. ¿Qué opina de las críticas al papel del FMI en la resolución de la crisis?
R. El FMI hizo lo que debía hacer. Si los inversores se llevan el dinero de un país simplemente porque no confían en éste, hay que subir los tipos de interés para retener ese capital. La misma medida se ha aplicado en México, en Corea del Sur, en Tailandia e Indonesia y ha sido exitosa.
P. Henry Kissinger criticó el papel del FMI como organismo crediticio...
R. Kissinger no sabe absolutamente nada de economía. Es un gran estadista, pero no tiene ningún derecho a decir qué deben hacer los economistas.
P. ¿Qué opina del debate sobre control de capitales y la nueva arquitectura financiera internacional?
R. El control de capitales es una muy mala idea, y aun si fuera una medida temporal sería una mala idea temporal. Y con respecto a lo otro, es una estupidez.
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