Francia vive una semana de "intifada" que cuestiona su sistema social

Una semana de violencia en los suburbios franceses. El detonante, la muerte hace siete días del joven Habib en Toulouse, en el barrio de la Reynerie. Un brigadier le disparó a bocajarro en circunstancias aún no aclaradas.Desde ese día, en Toulouse han ardido más de cien coches, varios autobusesy varias oficinas institucionales han sido asaltadas a ritmo de cócteles Mólotov. Alguien ha hablado de "intifada de país rico". El pasado viernes, unos desconocidos dispararon contra un agente. La herida no es grave, pero "existía voluntad de matar".

La periferia de Lyón también conoció una explosión de violencia juvenil el jueves, y en Longwy, en el norte, durante la noche del sábado al domingo, el fuego acabó con una floristería, una autoescuela, decenas de coches y una farmacia. Era la venganza por la muerte de Bellaid Mellaz, de 20 años, asesinado por un farmacéutico que no quería que le robasen otra vez. Grandes ciudades francesas -Paris, Lyon, Lille, Marsella o Estrasburgo- conocen periódicas explosiones de cólera.

Son barrios que se entregan al juego de la autodestrucción. La policía no entra en ciertos barrios sin la protección de los antidisturbios. Los enfrentamientos son síntoma de un profundo malestar, de desintegración del modelo republicano. Los hijos de emigrantes ven a sus padres convertidos en parados sin raíces y ellos adoptan como patria la banda