El Racing estropea al Mallorca el final de su año más glorioso
Los insulares terminan 1998 como líderes de la Liga y campeones de la Supercopa
El Mallorca despidió como líder de Primera División un año histórico para el club. Lo hizo con un empate en su estadio ante el Racing, y, pese a tratarse de un mal marcador para los insulares, el punto logrado les da más ventaja en la primera posición debido a los resultados todavía peores obtenidos por sus rivales más directos.El equipo de Héctor Cúper que saca ya cuatro puntos de ventaja al segundo clasificado (ha ido distanciándose un punto más en las dos últimas jornadas), no olvidará 1998. Fue un ejercicio futbolístico impecable, saldado con una Supercopa, la clasificación para una competición europea y el liderato de la Liga en solitario durante cinco jornadas.
El Racing no quiso ser el invitado de piedra en los festejos programados por el Mallorca en el Luis Sitjar, y reivindicó sin complejos su sistema de juego, basado en el bloque y no en las individualidades, muy similar al que emplean los rojillos.
MALLORCA 1 RACING 1
Mallorca: Roa; Olaizola, Marcelino, Siviero, Miquel Soler; Lauren, Engonga, Ibagaza (Paunovic, m. 66), Stankovic; Dani y Biagini.Racing: Ceballos; Merino, Ismael, Txema, Arzeno, Mellberg; Tais, Víctor, Vivar Dorado, Geli (Sietes, m. 48); Munitis (Bestchastnykh, m. 85). Goles: 1-0. M. 55. Lauren centra desde la derecha y Dani cabecea en el segundo palo. 1-1. M. 67. Víctor marca de falta directa colando el balón por el palo derecho de Roa. Árbitro: Rodríguez Santiago, del colegio castellano-leonés. Amonestó a Engonga y Marcelino del Mallorca y a Víctor, Mellberg y Vivar Dorado del Racing de Santander. Unos 13.000 espectadores en el estadio Luis Sitjar. Roa no pudo igualar el récord de Liaño, portero del Deportivo, que en la temporada 93-94 sólo recibió cinco goles en las 15 primeras jornadas. El tanto de Víctor lo impidió.
El Mallorca no tuvo mucho que enseñar en los primeros minutos del partido a los representantes del Manchester United, del Arsenal y a los espías de toda España que siguen las evoluciones de algunos jugadores locales. En el Luis Sitjar jugaba el líder, pero el Racing despreció esa circunstancia y planteó un partido áspero, duro y sin concesiones.
El duelo sacó chispas en varias ocasiones, como en el minuto 24, cuando los argentinos Roa y Arzeno se olvidaron del origen común para intercambiar patadas que no merecieron ni siquiera el reproche verbal del árbitro. Los piques fueron continuos y sustituyeron al pretendido espectáculo futbolístico, ya que las acciones ofensivas morían en las áreas, con Roa y Ceballos convertidos en meros espectadores.
El sistema táctico diseñado por el técnico del Racing, Nando Yosu, puso énfasis en los marcajes individuales a Stankovic, al que siguió el sueco Mellver; a Dani, con Merino pegado a él como una sombra; y al centrocampista internacional español Engonga, bien vigilado en una zona controlada por Víctor y Txema.
En la puna de ataque se movió como pez en el agua Munitis, un cántabro a quien muchos creen extranjero y que suple su baja estatura con una rapidez y una habilidad endemoniadas. Él solo se bastó para mantener ocupado a Marcelino y a Siviero. Este último recurrió antideportivamente a cometer falta en varias ocasiones para frenarlo.
El Racing impuso sus argumentos en varias fases del partido y tuvo a maltraer al Mallorca, poco acostrumbrado a jugar con espacios tan reducidos en el Luis Sitjar.
Cúper se dio cuenta de que su equipo no funcionaba con la misma precisión de otras tardes, y se pasó todo el partido de pie en el banquillo, impartiendo instrucciones a sus jugadores. El equipo balear recurrió, más que nunca, a su jugada favorita -la llegada a la línea de fondo y el centro para el remate de cabeza- pero esta vez Marcelino, el central goleador que no podrá jugar ante el Extremadura tras ver ayer la quinta tarjeta amarilla, no halló facilidades de ninguna clase frente a una defensa cántabra que se mostró inexpugnable por arriba.
Dani marcó con perfección los tiempos en su salto para marcar el gol isleño, y Víctor hizo lo propio con un saque de falta ejecutado con destreza extrema, que convirtió en inútil el vuelo de palo a palo de Roa. Dos ex madridistas demostraron conocer a fondo los secretos del gol, y entre ellos cocinaron el resultado del partido.
El Mallorca, el flamante líder de la Primera División, fue despedido al grito de "¡campeones, campeones!", mientras los jugadores saludaban desde el centro del campo sabiendo que será muy difícil repetir un año como el que está a punto de terminar.
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