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Góngora

DE PASADAComo Pablo del Barco escribe cuadros y pinta poemas, en su galería de San Juan de la Palma se recomienda no entrar si no se sabe hacer más de una cosa. Pilar Marcos va por su sexto libro de poesía y Robinson Crusoe sigue sin saludarla en el zaguán; es más conocida por su dominio en la interpretación de los sueños y las cartas. Rafael Sánchez Segura lleva 72 años de pobre, eso dijo, y algunos menos de pintor, cantaor y poeta, o sea, que es una especie de Pablo del Trasatlántico. Canta la milonga de una niña y unas soleares dedicadas a los alfareros del Zurraque. Alix de Saint-Roman nació en Túnez y trabaja en el World Trade Center como secretaria trilingüe. Lee unos poemas ferroviarios sobre un paisanaje laminado por los ejecutivos y las urgencias del AVE. Está terminando su primera novela y es la autora de la tortilla española con la que Pablo del Barco agasaja a los visitantes de su Factoría. Antes de los cantes y de la tortilla, se proyecta el video Los Ángeles del No, un trabajo sobre un libro del mismo título de Del Barco realizado por Gervasio Iglesias, que pone la voz y llega al local en bicicleta con look de colega de Makinavaja. El cantaor encuentra la compañía de Paco Escobar, guitarrista y profesor de Literatura. "Bien, Paco, bien", se oye entre el público. Lee algunos de sus poemas Abelardo Rodríguez, profesor de filosofía, vate de los cuadernos de Roldán, instrumentista de un solo de corte de jamón que ejecuta con la vehemencia de Stephan Grapelli. El mosto es de Góngora, referencia poética para una firma vinatera de Villanueva del Ariscal que acaba de ver reconocida su solera empresarial. La generación del 27 podría ser impugnada: en un reciente concilio de traductores se dijo que el supuesto culteranismo de Góngora y Argote se debe no al peso púrpura de su sabiduría sino a un insuficiente conocimiento del latín por parte del poeta cordobés. A pesar de todo, nadie osa impugnar el mosto. Disfrutaría entre cantes, cuadros, poemas y arpegios el flamante académico Fernando Fernán-Gómez, paradigma de ese mestizaje de artes y oficios: cineasta, dramaturgo, actor, novelista, guionista, abuelo con Oscar, tocayo del comendador de Fuenteovejuna y secundario estelar del libro El hombre que mató a Jardiel Poncela. Hay un pictograma de Pablo del Barco que parece una portada del ¡Hola!, un enjambre en el que picotean Isabel Pantoja y Mar Flores.

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