El Wimbledon del ajedrez

El Ayuntamiento de Linares asume que su torneo es una seña de identidad intocable. Pese a que el promotor Luis Rentero, que también preside el Consejo Mundial (WCC), lleva 23 días en una unidad de cuidados intensivos tras un gravísimo accidente de tráfico, el Wimbledon del ajedrez acogerá un año más a las grandes estrellas, del 20 de febrero al 12 de marzo. La confirmación de Kaspárov y Anand ya ha llegado. Sólo falta la del español Alexéi Shírov, enfadado con Rentero porque el WCC no termina de fijar una fecha para su duelo por el título contra Kaspárov.

Rentero salió del coma

El alcalde, Juan Lillo, promovió la Fundación Pública Municipal para garantizar la continuidad del torneo con independencia de que Rentero, su creador y artífice, siga ligado a la organización. Un hijo de éste, Luis, transmitió ayer noticias tranquilizantes: "Mi padre salió por fin del coma el martes, y reconoció a mi madre, aunque no se acordaba de por qué está allí . Aún hay que esperar para saber si hay daños cerebrales, pero los médicos son optimistas". La Fundación garantiza que tanto el torneo magistral como los abiertos de Linares y Úbeda, previstos para enero, se celebrarán normalmente.Kaspárov, que a los 35 años comienza a dar síntomas de que su declive puede estar cercano, se enfrentará en Linares a sus tres probables sucesores si la organización cierra el acuerdo con Shírov. En caso contrario, el español será sustituido por el húngaro Peter Leko, de 19 años, 5º del ranking del WCC; éste asombró en octubre al lograr el segundo puesto en el torneo de Tilburg (Holanda), que ganó Anand. El otro favorito es el ruso Vladímir Krámnik, eliminado por Shírov en la final de candidatos, que empató (12-12) recientemente en Moscú un duelo de partidas rápidas con Kaspárov.

La nómina se completa con cuatro jugadores muy duros: Vasili Ivanchuk (Ucrania), Péter Svídler (Rusia), Michael Adams (Reino Unido) y Véselin Topálov (Bulgaria). Ocho estrellas del tablero disputarán una liga a doble vuelta con la habitual exigencia de la combatividad a ultranza, el toque distintivo que ha convertido al torneo en el más prestigioso del mundo. Triunfar en Linares es un vitola eterna.