Fomento acepta que la variante de Tarragona tenga cuatro carriles

El Ministerio de Fomento ha terminado aceptando las exigencias del Ayuntamiento de Tarragona sobre las infraestructuras viarias del norte de la provincia y, principalmente, de la variante de la carretera N-340, conocida como el segundo cinturón de la ciudad. Fomento se ha comprometido a modificar su inicial proyecto y dotar la nueva variante de dos carriles en cada sentido y no uno, como había previsto en un principio. Por otra parte, la empresa ACESA está dispuesta a rebajar los peajes de la autopista A-7 desde Tarragona hasta El Vendrell para todos los vehículos pesados. El alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal, se entrevistó ayer en Madrid con el secretario de Estado de Infraestructuras, Albert Vilalta, para expresar el rechazo del Ayuntamiento al primer proyecto del segundo cinturón diseñado por el Ministerio de Fomento. Nadal, quien en un principio se avino al proyecto, cambió su postura tras las movilizaciones vecinales del pasado domingo y tras el rechazo de la Federación de Autotransporte de Tarragona al diseño de la variante. El Gobierno central preveía un segundo cinturón con un solo carril en cada sentido y uno adicional para vehículos lentos, que transcurriría paralelo a la A-7 por su lado sur. Al construirse la variante en los terrenos de servidumbre de la autopista, Fomento se ahorraría varios trámites administrativos, como el informe de impacto medioambiental. Sin embargo, los dos carriles en cada sentido pactados ahora no cabrán en los terrenos de la autopista, por lo que Fomento se verá obligado a expropiar terrenos adyacentes. A pesar de ello, Vilalta se comprometió a acelerar todos los trámites para que el segundo cinturón esté terminado a finales del año 2001. Por otra parte, un grupo de vecinos de Tarragona se manifestó ayer frente a la delegación de La Caixa, principal accionista de ACESA, para exigir la gratuidad del peaje de la A-7 mientras se construya la variante de Torredembarra de la 340. El pasado jueves, el director general de la concesionaria de autopistas, Salvador Alemany, se comprometió a estudiar una rebaja.