El honor de la pobreza
Rafael Aliena empezó a hablar con una mujer y se quedó "prendado" de su discurso. Por aquella época, en 1995, había empezado a relacionarse con las integrantes de un grupo de apoyo emocional y ayuda mutua de madres con hijos en prisión al que hoy continúa vinculado. Estaba "buscando tipos" para la investigación de su tesis doctoral. Pero al final fue "por casualidad" y por la ayuda de un antiguo alumno de la Escuela de Trabajo Social, que le abrió las puertas de uno de los barrios del área metropolitana de Valencia con mayor índice de pobreza, como encontró lo que estaba buscando. Así conoció a la mujer que aparece en el título de su trabajo Adelaida Martínez y el honor de la pobreza, con el que acaba de obtener el XI premio de investigación social Dr. Rogeli Duocastella, que concede la Fundació La Caixa, dotado con dos millones de pesetas. Adelaida Martínez accedió a participar en el estudio de Rafael Aliena, profesor del departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Valencia, si se ocultaba su nombre real bajo uno falso y si no se mencionaba el barrio en el que lucha diariamente por sobreponerse a las condiciones de marginalidad, delincuencia y paro con el fin de salvaguardar su identidad. Aliena aceptó y se sumergió durante 10 largas conversaciones en el relato de la vida de una mujer, con cinco hijos, casada con un marido que trabaja cuando puede, que vive en lo que se conoce como un barrio de acción preferente al que muchos taxistas prefieren no acercarse aunque pierdan por ello una carrera. Lo que de inmediato captó la atención de este estudioso de 37 años fueron las "opiniones contundentes" que vertió Adelaida -nombre que escogió aleatoriamente- sobre sus vecinos y por los "valores" de sacrificio, lucha, supervivencia, entrega a la familia y sobre todo de apego al trabajo que le transmitió desde el primer instante. "Es el discurso de una mujer trabajadora", comenta Aliena. Adopta una actitud muy cautelosa y precavida. No quiere dar ninguna pista sobre la identidad de Adelaida Martínez y teme cualquier interpretación sensacionalista y sesgada. Sabe, además, que su trabajo, cuando la Fundación La Caixa lo edite en un libro, suscitará polémica principalmente en la disciplina que cultiva. Porque la interpretación que realiza en su estudio tiene una dimensión moral en correlación con los juicios de Adelaida Martínez y se fija en un caso concreto sin detenerse en el análisis del sistema social como causante de la pobreza. Ella critica "con contundencia" a sus vecinos; la "mala vida" que llevan; los desaprueba por violentos y fraudulentos y por no pegar ni chapa. Aliena recuerda la dificultad de la vida en un barrio estigmatizado, "en el que hay poco trabajo, poco dinero, poco prestigio", y la poca ayuda social para repartir se la disputan entre los vecinos. No es que suscriba las palabras de Adelaida que ponen de manifiesto un choque cultural -"y Adeliada se refería tanto a los gitanos como a otras personas, cualesquiera", puntualiza Aliena-, pero sí considera que la dimensión moral es un factor de interpretación que hay que reivindicar, y más cuando se trata de una ciencia social que trata la realidad humana. Esta es una de las aportaciones básicas del trabajo, que contiene otras singularidades tanto hermenéuticas como ontológicas. El título del estudio, que adopta las tesis de Martha Nussbaum sobre la reivindicación el papel de la literatura en la interpretación de la sociedad, es significativo del propósito del autor, profesor de Política Social y licenciado en Geografía e Historia y en Sociología. El honor de la pobreza es la imagen que encabezó un artículo de Juan Goytisolo a propósito de la aparición del libro póstumo de Albert Camus El primer hombre, en el que relata en clave autobiográfica su dura infancia y la figura de su padre en su Argelia natal. Aliena sostiene que Camus representa en cierto modo los valores que ha visto en Adelaida Martínez de dignidad personal, de lucha y de cultura del trabajo aun en las condiciones de mayor pobreza. Niega que se haya aproximado al objeto de estudio desde una perpectiva religiosa o militante. Es consciente que su visión moral podría ser tachada de conservadora o autoritaria, lo que no comparte, pero considera que se trata de un instrumento de análisis de la realidad. Aliena aclara que el honor de la pobreza que dice brotar del discurso de Adelaida Martínez no se debe entender como que la pobreza es honorable, porque hace mejor a las personas o porque entre los pobres subsistan valores solidarios y no materialistas, sino que se refiere a la "pobreza vivida con honor". Y el honor debe ser entendido como "el apego a un rol (en su caso el de la madre trabajadora) como condición de una vida que tenga sentido y orientación".
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