El Oviedo hunde un poco más al Extremadura

El Oviedo, sin hacer ruido, creció un poco más a costa de un Extremadura que se hunde en el furgón de cola. Vázquez, con un equipo de circunstancias, interpretó el partido con claridad. Respetó de principo al rival, se acomodó a un juego de salón cuando el peligro no se intuía en su área y tiró de tosquedad cuando el Extremadura, a base de coraje, le puso en apuros. Ahí apareció un impresionante Onopko. El ruso dio toda una lección de madurez futbolística.El partido tuvo un comienzo dulce, demasiado delicado para dos equipos modestos empeñados en un toma y daca tan pretencioso como poco resolutivo. Extremadura y Oviedo empujaron armoniosamente desde sus jurisdicciones hasta que el balón encontró el frontón defensivo. Ahí se acabaron las municiones y vuelta a empezar.

Las aproximaciones de Duré por las bandas pusieron la emoción. En la defensa del Oviedo, muy agujereada, Onopko hizo de apagafuegos. Fue un fútbol de intenciones pero embarullado. El grupo de Vázquez, con un esquema sencillo, se acomodó a la situación pacientemente y esperó su momento. El Extremadura, pese a jugar con tres centrales, titubeó en un posible fuera de juego y Amieva puso un balón de oro en las botas de Dely Valdés. El conjunto de Rafa Benítez continuó bregando con ardor y poco más. El Extremadura pide a gritos un delantero. Duré se quema por las bandas en un trabajo estéril. Gabrich es una rémora. Torpe y lento, obstaculiza más que ayuda.