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Sevilla, ciudad sin taxis

Sevilla se quedó ayer sin taxis. Los profesionales secundaron de forma masiva el tercer domingo consecutivo de huelga convocada por la Unión del Taxi. Piden que el Ayuntamiento y la Junta hagan desaparecer 700 licencias. Un duelo entre taxistas y administraciones que ha vuelto a provocar el desconcierto y el malestar entre los usuarios. En la jornada de protesta, el aeropuerto y la estación de Santa Justa se convirtieron en el panel de las exigencias de los taxistas y en una trampa de difícil salida para los usuarios. Hoy la alcaldesa, Soledad Becerril, se reúne con el colectivo para llegar a un acuerdo que ponga fin a la huelga de los domingos. En la estación de trenes, en una gran pancarta se podía leer: alcaldesa, por tu soberbia los taxis te desprecian. Con esta declaración de guerra hacia Becerril, los taxistas daban la bienvenida a los viajeros. Éstos, sorprendidos, se dirigían a uno de los más de 60 taxis estacionados en la parada y se les informaba de la huelga y les indicaban la parada de autobús más cercana. Allí estaban Manolo, Ángel y Luis, tripulantes de un avión de carga con destino a Málaga. Con sus maletas a cuestas pretendían ir al aeropuerto. El avión no podía despegar hasta la llegada de Manolo, el piloto. A ninguno de los tres se les había informado de la huelga en el hotel donde se hospedaron desde el sábado. Tampoco lo hizo el taxista que esa noche les llevó a un bar de copas. La falta de información también fue denunciada por uno de los conductores del servicio municipal de autobuses del aeropuerto. Este criticó el "daño" que al turismo ofrece la "mala imagen" de una ciudad sin taxis. A las seis de la mañana comenzó su jornada laboral, recogiendo pasajeros de los 42 vuelos previstos para el domingo. Los primeros fueron los 16 viajeros del primer avión, procedente de Barcelona, que hizo su entrada en las pistas de aterrizaje a las 08.25 horas. En el autobús se montó Javier Ortiz. Llegó a Sevilla a las 11.45 horas en el vuelo 1124 de Barcelona. A su salida le esperaban la treintena de taxistas que componían el piquete informativo del aeropuerto. Ninguna luz verde. Éste fue el recibimiento a Javier, que no tenia a nadie que le llevara a Santa Justa, donde debía coger un tren a Cádiz para asistir al funeral de su suegro. También se quedó con las maletas en la mano María del Carmen Romero, que llegaba a Sevilla de paso, su destino final era Badajoz. Sin embargo, no hubo enfretamientos verbales con los taxistas. Los usuarios pasaban de la sorpresa al disgusto sin ir más allá. Sólo malas caras, como la de una profesora que se dirigía a Cádiz y protestó por la ausencia de servicios mínimos. Algo "increíble", según ésta que se quejó de las limitaciones que se les "impone" al profesorado cuando realizan protestas. "Paciencia y comprensión" Según el presidente de la Unión del Taxi, José Padilla, "existen" unos servicios mínimos que son establecidos, unilateralmente, por esta organización y que atiende la demanda de los usuarios en servicios de urgencia, exclusivamente sanitaria. También se les pidió a los ciudadanos "paciencia y compresión" ante la huelga. Mientras, los taxistas aprovechaban el tiempo discutiendo sus problemas y ultimando la posición que mantendrán hoy ante Becerril. José Padilla, hablaba con sus hombres en el interior del aeropuerto. Allí todos expresaban su intención de continuar la huelga el próximo domingo, si no hay acuerdos. Para Padilla es "irrenunciable" eliminar 700 licencias de las 2.311 existentes que autorizó el Ayuntamiento en 1991. Con la vorágine de la Expo, faltaban taxis en Sevilla. José Padilla indicó que fueron los asalariados los que reclamaron un incremento de licencias y se llegó a conceder por la delegación de Trafico municipal hasta 113 en un solo día. Tras la celebración de la muestra universal a los taxistas dicen no salirles las cuentas: trabajan hasta 16 horas diarias para unos beneficios brutos de entre 8.000 y 10.000 pesetas a los que hay que descontar el gasto diario del vehículo. Según Padilla, "sacar a la calle" el taxi cuesta 6.000 pesetas. Sin embargo la eliminación de licencias no es fácil. Los taxistas afirman que en una primera fase podrían eliminarse unas 200, cuyo coste se realizaría "a cargo" del propio colectivo, indicó Padilla. La oferta municipal pasa por aplicar un plan de viabilidad, incluyendo nuevas ordenanzas que permitan al taxista la excedencia de su licencia. Asimismo el Ayuntamiento ofrece la elaboración de nuevos horarios de trabajo y descanso. También un incremento de las tarifas, igual al IPC para el próximo año, e incluir a los sábados la aplicación de la tarifa de festivo. Esto ha sido aceptado por los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, cuyos representantes rechazan la movilización. La alcaldesa Soledad Becerril advierte al colectivo que esta situación "me la he encontrado", ya que en el tiempo en que se concedieron las licencias el alcalde era Alejandro Rojas Marcos. Sin embargo hará frente al conflicto abierto ya que se considera "valiente". Una afirmación que los taxistas consideran una "provocación".

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