Carritos cargados de inspiración
Un señor entra en el supermercado, coge su carrito y empieza a examinar los productos que contienen los expositores. Los hay pequeños, medianos y grandes, cada uno tiene su precio y la denominación de origen. Llega a la caja y paga. La secuencia es de lo más normal, no así la mercancía: todo lo que se vende son obras de arte originales. Si el señor en cuestión llega a su casa y su vecino se encapricha de la obra, no podrá comprar otra igual. No hay obra gráfica, ni bocetos, sino trabajos acabados y firmados. Por 8.990, 14.990 o 26.990 pesetas, según sea el formato de la pintura, cualquiera puede llevarse un original a su casa. El super ofrece también marcos apropiados para la obra, de forma que el nuevo coleccionista podrá enmarcarla sobre la marcha. Ceesepe, José Argiles, Montesol, Victoria Gil, Ricardo Casstillo, Francesca Antúnez y Horacio Hermoso son algunos del medio centenar de artistas que presenta cerca de 3.000 obras en el Supermercado del Arte de Sevilla. Esta experiencia, que nació hace 15 años en Barcelona, ha llegado por primera vez a Andalucía. Desde la primera edición, que montó el marchante francés Jean-Pierre Guillemot, la empresa catalana American Prints ha ido incorporando otras ciudades como Madrid, Valencia, La Coruña, Bilbao y Logroño. Como en las grandes superficies, el cliente es libre de campar a sus anchas por el establecimiento, que en Sevilla se ha montado en la calle Cabeza del Rey Don Pedro, y fisgar en todos los grandes expositores. Cada artista está representado con una obra enmarcada, su currículo y tres cestas en las que las obras enfundadas se distribuyen según el formato. Cada original lleva un certificado de autenticidad y la copia del currículo del artista. "La selección en Sevilla ha sido muy difícil porque aquí hay muchos y buenos artistas. De los 50 que participan en esta edición, unos 30 trabajan en la ciudad", comenta Ana Ferrant, coordinadora del Supermercado del Arte en Sevilla. Ferrant, que lleva meses visitando estudios, le ha pedido a cada artista unas 70 obras. Óleos, acuarelas, acrílicos, collages, técnicas mixtas o dibujos, cualquier técnica o tema es válido. Lo que la organización pide es que las obras no sean mayores de 50x35 centímetros y que sean planas, para que se puedan presentar enfundadas y el público las manipule sin problemas. Además del medio centenar de pintores, entre los que se encuentran Fernando Roldán, Pepe Barragán, Rocío Antona o el equipo SVQ -formado por tres jóvenes artistas que no quieren identifi-carse-, este peculiar supermercado incluye los móviles del escultor Goyo Rubio. Como todo establecimiento que se precie, tiene su boutique en la que se ofrecen obras más especiales de los mismos artistas por unas 50.000 pesetas. "Hay un montón de gente a la que nunca se le ocurriría entrar en una galería y preguntar los precios. Aquí pueden curiosearlo todo y no tienen que preguntar", comenta Cristina Sampere, de la empresa organizadora. "Lo más interesante de esta idea es que hacemos el arte asequible. Por un lado, conseguimos que artistas con el prestigio de Ceesepe o Montesol bajen bastante sus precios y, por otro, damos a conocer a gente joven que está haciendo cosas muy buenas", explica Jorge Alcolea que, junto a su hermano Fernando, es el propietario de la empresa que ha desarrollado el Supermercado del Arte en España. Todo el que quiera podrá agarrar el carrito de la compra hasta el 10 de enero.
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