45 muertos en Argelia en la mayor matanza de los terroristas islámicos en los últimos meses
A 45 ascendían anoche las últimas víctimas mortales de la violencia integrista en Argelia. De madrugada, un comando realizó una nueva matanza de civiles indefensos en la localidad de Tayena, cerca de la estación balnearia de Tipaza, a 100 kilómetros al oeste de la capital. No se ha precisado ni la identidad de los fallecidos ni su edad o sexo, así como tampoco se ha identificado la pertenencia de los asesinos a alguno de los grupos terroristas que operan en la región. Sin embargo, resulta probable que se trate de un comando del Grupo Islámico Armado (GIA), que dirige Antar Zuabri.
Ésta es la matanza más sangrienta cometida en Argelia desde el mes de marzo, cuando fueron asesinadas 47 personas, 27 niños entre ellas, en una localidad de la región de Yelfa, a 300 kilómetros al sur de Argel.En esta misma región, entre Tipaza y Chlef, donde se cometió la atrocidad en la noche del martes al miércoles, se produjeron anteriormente otros ataques terroristas, aunque éste ha sido sin duda el más importante y el que ha creado mayor estupor en la población, sometida a una angustia creciente con la llegada, dentro de 10 días del Ramadán, el mes sagrado propicio para los actos de violencia de los terroristas.
En la última semana se han cometido varias acciones terroristas en diferentes puntos del país, con un saldo total de más de 120 muertos. Ello a pesar de que los comandos islamistas radicales han sido diezmados en los últimos meses a base de operaciones de rastreo y castigo llevadas a cabo por medios militares y con la utilización de aviación, artillería y blindados.
Camino de la capital
La matanza de Tayena hace temer que el GIA intenta por todos los medios acercarse a la capital, de donde fue desalojado hace un año, después de las intensas acciones antiterroristas llevadas a cabo por unidades de élite de la Gendarmería, que acabaron con el emir de la alcazaba de Argel Atman Jelifi, alias Hocin Flicha, y 10 de sus lugartenientes.En la propia capital se han producido estos días varios intentos frustrados de atentados. Una bomba estalló en el populoso barrio de Bab el Ued, hiriendo a seis personas, y un coche bomba fue desactivado a tiempo por los artificieros en el lujoso barrio de Hydra, donde están instaladas la mayoría de las embajadas extranjeras y donde tienen su residencia altas personalidades del Estado argelino.
La intención de Antar Zuabri de aproximarse a la capital estaría determinada por la lucha feroz existente entre las diferentes ramas del islamismo armado. Uno de sus emires, Hasan Hatab, que ha venido operando este último año en la región situada al este de la capital, en un radio de más de 150 kilómetros, se ha distanciado de Zuabri, a quien reprocha su ferocidad en contra de la población civil indefensa, y ha creado su propio movimiento, dado a conocer en el mes de septiembre y denominado Grupo Salafista por la Predicación y el Combate. Sus ramificaciones, según los servicios de información occidentales, se extienden hasta Oriente Próximo. Mientras que el grupo de Antar Zuabri, que opera con las siglas de GIA, parece más aislado y limita su acción exclusivamente al territorio argelino.
El ministro del Interior, Mustafá Benmansur, se personó directamente en el lugar de la nueva tragedia. Y aunque las informaciones oficiales son parcas en detalles, se cree en Argel que se van a lanzar operaciones de castigo contra los lugares donde se supone que se esconden los comandos terroristas. La zona en la que se ha producido el nuevo ataque mortífero contra la población rural es la del macizo de Dahra, una región de montañas de altura media y de espesa vegetación con accesos difíciles por falta de caminos. En esta misma zona se cree que se esconden los grupos armados que han venido operando en los dos últimos años contra localidades situadas en la costa del oeste argelino, entre Bu Ismail y Cherchell.
La prensa de Argel y los diarios árabes con corresponsales en la capital argelina anuncian, por otra parte, que el número de muertos encontrados en la fosa común descubierta días atrás a unos 30 kilómetros de la capital, en plena llanura de la Mitiya, podría ascender a 200. Se trata, en su mayor parte, de esqueletos que se reconstituyen con dificultad por estar decapitados y mutilados en extremo. El pozo en el que se han encontrado los cadáveres fue dado a conocer por las revelaciones de un supuesto islamista arrepentido y datan probablemente de las matanzas cometidas entre 1993 y 1995 en la región conocida como triángulo de la muerte, situada a las mismas puertas de la capital, en lo que otrora fuera vergel de la colonización.
A pesar de que todos los periódicos argelinos vuelven diariamente sobre el macabro descubrimiento, no se ha dado hasta el momento ninguna información oficial del mismo.
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