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RELEVO EN LA DIRECCIÓN DEL PCE

Frutos anuncia que quiere llegar a un gran pacto político preelectoral con el PSOE

Francisco Frutos, elegido ayer por unanimidad secretario general del Partido Comunista de España (PCE), la fuerza dominante en Izquierda Unida (IU), quiere llegar a un "gran pacto político con los socialistas" antes de las elecciones. La propuesta supone aparentemente un giro en la política de su antecesor, Julio Anguita, respecto al PSOE. En cambio, Frutos mantuvo la idea de que hay que "luchar democráticamente por cambiar la política de Comisiones Obreras y a algunos de sus dirigentes". El sindicato emitió ayer una nota denunciando lo que considera una injerencia del PCE.

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Francisco Frutos tuvo un presentador de lujo. El propio Julio Anguita tomó la palabra y anunció al pleno del XV Congreso: "Ha habido una sola propuesta, aprobada por unanimidad". Se volvió ligeramente y añadió señalándole: "Aquí tenéis a nuestro secretario general". El PCE tiene ya un nuevo líder. ¿Y una nueva política? Frutos, que empezó su mandato con un reconocimiento emocionado a los comunistas desapa-recidos, aclaró en su discurso y posteriormente ante los periodistas que habrá continuidad.El tiempo lo dirá. Pero las declaraciones que Frutos hizo ayer a este periódico dejan traslucir -y él mismo lo acepta- novedades importantes en el proyecto del PCE. El nuevo secretario general anuncia que en su ánimo está "lograr un gran pacto político preelectoral con los socialistas". Intentar que antes de las elecciones europeas, autonómicas y municipales se llegue a establecer un acuerdo para definir un "gran marco político de izquierdas". "Hay experiencias, aunque tengan algunas contradicciones, como la de Francia", agrega.

Frutos ni siquiera descarta acuerdos poselectorales de gobierno. En su opinión, la izquierda puede llegar a un pacto político previo, "que no sea programático", matiza, "pero que pueda servir para que los electores sepan qué nos une y qué nos diferencia. Y, luego, que cada votante tome su propia decisión". Posteriormente, ya se vería hasta dónde podrían llegar las alianzas.

En el aspecto sindical, ni un paso atrás. Si el día anterior habían quedado dudas sobre el papel del PCE en el mundo obrero, Frutos se encargó de aclarar que los comunistas no sólo tienen el derecho a intervenir en la vida del sindicato, sino que es un mandato del Congreso. Y así lo dijo: "Camaradas, militad en Comisiones Obreras. Es la decisión de este Congreso. Militad a las verdes y a las maduras. Hay que luchar democráticamente para cambiar la política de CC OO y a algunos de sus dirigentes".

El nuevo líder insistió en el derecho de los comunistas a participar desde la democracia para imponer sus ideas en "un sindicato que los propios comunistas han ayudado a crear". Y les instó a no permitir "abusos, arbitrariedades ni despidos".

La cuestión sindical, como ocurriera en el XIV Congreso, ha sido el asunto más áspero de este XV Congreso, que, de no ser por ello, se habría deslizado suavemente por las aguas de la tranquilidad. Pero el documento sobre el PCE y el movimiento obrero, asumido por el Congreso, es un ataque brutal contra el sindicato que dirige Antonio Gutiérrez. Posiblemente, más por lo grueso del lenguaje que por una filosofía ya añeja en el PCE.

Pero no todos los dirigentes asumían ayer su contenido. Curiosamente, la gran mayoría de los delegados aseguraba no conocerlo y lo atribuía a una "invención periodística". Rosa Aguilar, elegida miembro del Comité Federal, lamentaba que se favoreciera el enfrentamiento con los sindicatos: "Tenemos que tener una política sindical clara y estoy de acuerdo en que CC OO sea la referencia del PCE en este campo. Pero ir más allá sobra. No aporta nada".

También José Francisco Mendi, de la denominada Tercera Vía, expresó su preocupación. Lo mismo hizo Franco González, del Pasoc, que insistió en que hay que buscar la sintonía con las fuerzas políticas y sindicales y no el distanciamiento.

En Comisiones Obreras la resolución, no por ser esperada, causó menos malestar. El sindicato denunció ayer que el documento es "una injerencia inadmisible" del PCE. Y su secretario general, Antonio Gutierrez, declaró que no le preocupa la repercusión de la resolución en la vida del sindicato porque, dijo, "la autonomía sindical y la democracia están irreversiblemente consolidadas en CC OO."

Pero Gutierrez mostró una preocupación personal. "Me entristece, desde mis muchos años de militancia comunista, el espectáculo de quienes utilizan las siglas del PCE para atacar la parte más gloriosa de la política con la que se luchó por la libertad y la democracia", concluyó.

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