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Los jóvenes valoran más el derecho al trabajo o a la vivienda que el de la libertad

Jorge A. Rodríguez

Los jóvenes lo tiene claro: en una situación democrática, en la que pueden ejercer sus derechos fundamentales, dan más valor al disfrute de derechos como al trabajo, a una vivienda digna, a la educación o a un medio ambiente adecuado por encima de otros como la libertad de expresión, la ideológica o religiosa o incluso el derecho a la vida y a la participación política. Ésta es la conclusión que se extrae del estudio Juventud y valores sociales, el compromiso cívico de los jóvenes, elaborado por al Universidad Complutense de Madrid con motivo del XX aniversario de la Constitución española de 1978. El estudio, sufragado por Joven y Brillante de J&B, ha pedido la palabra a casi 600 jóvenes andaluces (de los 2.200 de los que se compone la muestra) de entre 18 y 30 años, para que valoren los 20 años de democracia y el desarrollo constitucional. "Los jóvenes españoles de hoy mantienen una opinión muy positiva de la democracia como sistema de gobierno, si bien no la consideran como algo perfecto". Un 31% entiende que el "único sistema de gobierno legítimo", pero un 45% lo califican como el sistema "menos malo". Un grupo mantiene opiniones negativas que van desde considerar la democracia como "una estrategia de legitimación del poder" (10%), "una opción más" (11%) o incluso una forma "de llevar a la degradación" (2%). El balance de los 20 años de democracia es, en general, positivo. Un 69% de los encuestados considera que el balance es bueno o muy bueno, frente a un 25% que no pasa del regular o el 6% que tiene una visión mala o muy mala del recorrido democrático español. Estudiantes y trabajadores son los que más puntuación dan a la democracia española, mientras los que menos la valoran son aquéllos que buscan empleo o trabajan en el hogar. Jerarquía de valores Los jóvenes fueron preguntados sobre cuál de los valores superiores constitucionales, los contenidos en el título primero de la Carta Magna, consideraban más importante. La jerarquía establecida pone como el derecho más importante el de la libertad (50,7%) y el menos valorado el del pluralismo político (5,9%). "Éste ya no parece vivirse como una aspiración tan fuerte como podía serlo hace 20 años, cuando todavía estaba demasiado reciente la experiencia de la época anterior", subraya el estudio, dirigido por Gonzalo Jover Olmeda, profesor de Ética y Política de la Educación. No obstante, el problema surge cuando los derechos de primera se ponen en tabla de igualdad con otros llamados de segunda, como son los derechos al trabajo, la vivienda y la educación. Los encuestadores pidieron a los jóvenes que valoraran del 1 al 10 los derechos, considerándolos como aquellos que "no pueden ser negados a nadie sin negar al mismo tiempo su condición humana". Las puntuaciones que más cerca están del diez (en casi todos los casos están en el nueve y algo) son las de los derechos al trabajo, la vivienda, a la educación y a la cultura y a disfrutar de un medio ambiente adecuado. Los dos derechos menos valorados son, por este orden, el de la objeción de conciencia y a la vida. Los analistas subrayan que preocupan más precisamente los derechos cuya satisfacción dependen de las condiciones económicas y que "la constitución no incluye". Y destacan que los jóvenes "valoran aquellas cuestiones y preocupaciones concretas que afectan a su vida cotidiana por encima de los ideales éticos y políticos". Quienes tienen hoy entre 18 y 30 años se ven a si mismos más tolerantes y felices, algo más solidarios y emprendedores que sus mayores, pero "mucho menos comprometidos políticamente". Este compromiso tiene incluso una percepción negativa.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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