Sabrina Bataglia y su esposo,
Aniello Formisano, sonreían ayer al salir de la iglesia de San Frencesco di Paola, en Nápoles, donde habían contraído matrimonio. A su lado, les custodia un caribinero. La cosa no era para menos: el traje de la novia, diseñado por Gianni Molaro, llevaba 6.000 diamantes y ha sido valorado en 10.000 millones de liras (860 millones de pesetas).
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