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La Fundación Euskadi proyecta un centro para preparar a jóvenes ciclistas

La Fundación Euskadi de ciclismo pretende convertirse en algo más que en el soporte de su equipo profesional. Mantenido con la aportación económica de sus socios (particulares y empresas) así como con los desembolsos de su patrocinador principal (Euskaltel), en estos momentos preocupa menos el futuro de un conjunto que vivió instantes de duda hasta encontrar el actual respaldo financiero. Aliviada en este punto, la fundación quiere reforzar ahora los aspectos de formación del ciclismo.

Al margen de la recientemente inaugurada Aula Pedagógica de ciclismo, una iniciativa que enfoca la práctica de este deporte como una asignatura en la que tienen cabida desde el uso técnico de la bicicleta hasta el comportamiento en carretera, el presidente de la fundación, Miguel Madariaga, negocia actualmente la creación de un nuevo centro. En este caso, se trataría de unas instalaciones anexas al Aula Pedagógica (que se encuentra instalada en el antiguo Seminario de Derio) dirigidas hacia la orientación de los más jóvenes en materia de entrenamiento y mantenimiento físico. El centro acogería igualmente a ciclistas minusválidos, que se beneficiarían de los mismos programas (adaptados a sus necesidades). La recuperación de los deportistas sería otro de los puntos de actuación sobre los que incidirían los profesionales contratados para poner en marcha esta iniciativa. El proyecto, sin antecedentes en el País Vasco, cubriría un espacio desatendido en el ciclismo de base: la orientación de los debutantes en un deporte de especial dureza, un apartado que los clubes, faltos de presupuesto y personal cualificado, suplen solo con buena voluntad. Preparación El ciclismo -tras el fútbol es el deporte más respaldado por la audiencia-, genera en los más jóvenes pautas de actuación: en muchos casos ha dejado de contar la intuición, barrida por la creciente profesionalización y tecnificación de la preparación física. En este sentido, cada vez son más los chavales que se inician en este deporte que pagan los servicios de un preparador privado. La iniciativa de la fundación precisa una inversión inicial que se aproxima a los 35 millones de pesetas, presupuesto subvencionado por la Administración (Diputación Foral de Vizcaya y Gobierno Vasco), entidades financieras como la BBK y organizaciones privadas (ONCE y Euskaltel entre otras). El proyecto precisa de un acuerdo inicial entre la fundación y el consejo de administración del aula. Miguel Madariaga asegura que ni el aula ni el futuro centro generarán beneficios económicos a la fundación que preside y quiere asegurarse un pago razonable de la renta por los locales. Madariaga se confiesa "optimista" y cree que, finalmente, "se alcanzará un acuerdo y el proyecto verá la luz".

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