Borrell acusa al Gobierno de "resquebrajar" la Constitución

El candidato socialista a la presidencia, José Borrell, anunció ayer que, si no se atienden sus peticiones para que el Gobierno deje de "cometer tropelías parlamentarias", el PSOE tendrá que "apelar a la Constitución" a fin de evitar que se siga "resquebrajando". Borrell citó las enmiendas presentadas en el Senado al proyecto de Ley de Acompañamiento de los Presupuestos para 1999, que, a su juicio, no son meras modificaciones, sino importantes cambios legislativos.En concreto, Borrell aludió a la transformación de los hospitales en fundaciones públicas, a diversos beneficios de las compañías eléctricas y al desarrollo de una política de empleo con cargo a las cotizaciones de los trabajadores. Así, expresó su absoluta oposición a que "se cuelen por la parte de atrás y en el último minuto" este tipo de cambios y dijo que los socialistas podrían llegar a presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional.

Borrell también acusó a José María Aznar de "sembrar su camino hacia La Moncloa de mentiras y falacias, algunas muy gordas y evidentes, como cuando prometió que los terroristas de ETA cumplirían íntegras sus penas". Según él, con tal de alcanzar el poder, no respetó las reglas democráticas.

Por su parte, el presidente del Congreso, Federico Trillo, destacó en su discurso institucional que la Constitución no sólo tiene vigencia, sino también la "vivencia" que de ella hace el pueblo español. También aseguró que aún hoy sorprende que personas de diferentes orígenes y sin hábitos democráticos fueran capaces, "por primera vez en nuestra larga historia constitucional", de "cimentar" los pilares de la vida colectiva española.

La secesión, incompatible

El presidente del Tribunal Constitucional, Álvaro Rodríguez Bereijo, aseguró, en la Cadena SER, que la autodeterminación como derecho a la secesión es "incompatible con la Constitución". También pidió una reflexión profunda sobre si es necesario reformar la ley fundamental para resolver los problemas de convivencia política y desarrollo democrático.Bereijo considera que la Constitución es "lo suficientemente flexible" para que quepan en ella todas las reivindicaciones políticas, económicas y sociales. Admitió que se puede reformar, porque no es un "texto pétreo" y "prevé los mecanismos para ello". No obstante, aclaró que una reforma profunda que afectara al título primero de los derechos fundamentales o al tercero, dedicado a la Corona, "impondría un nuevo proceso constituyente con el mismo grado de consenso que se dio en su día". Añadió que no le preocupa el debate, pero que es preciso que quienes lo propugnan expliquen "qué quieren cambiar, por qué y con qué finalidad". Respecto a la renovación del Constitucional, cerrada el viernes, Bereijo insistió en que esta institución "no puede ser un campo de contienda entre los partidos para desgastarse", ya que se la daña.