La emisora COM Ràdio estrena estudios en el recinto de La Maternitat Las instalaciones han costado 218 millones
COM Ràdio acaba de estrenar estudios tras casi cuatro años de funcionamiento. Desde el pasado lunes la emisora ocupa uno de los 19 edificios del recinto de La Maternitat de Barcelona, el pabellón Cambó. El inmueble, propiedad de la Diputación de Barcelona y destinado antes a escuela de Biblioteconomía, posee unos 1.700 metros cuadrados útiles, un espacio que dobla con creces el de los tres pisos de la Gran Via que han sido hasta ahora sede de la emisora de radio. Las nuevas instalaciones han costado 218 millones de pesetas.
Desde su nacimiento, COM Ràdio -impulsada por la Diputación de Barcelona y en la que participan las emisoras municipales de la EMUC- no ha parado de crecer y ha superado de largo los 300.000 oyentes de media, al tiempo que se ha ido consolidando como alternativa a Catalunya Ràdio, la otra emisora pública en catalán, en este caso de la Generalitat. Los tres pisos de la Gran Via de Barcelona que fueron la primera casa de COM Ràdio se quedaron pequeños hace ya tiempo, a causa de la dimensión que muy rápidamente adquirió la emisora que dirige Enric Sopena. La falta de espacio fue el principal motivo de que los responsables de la estación radiofónica se decidieran a buscar una nueva sede. La desocupación de un edificio de La Maternitat -propiedad de la Diputación, uno de los patrones de la emisora- facilitó que COM Ràdio dispusiera de un lugar céntrico, a medida para sus necesidades. La Agencia de Comunicación Local, titular de la radio, ha invertido en las dependencias 218 millones de pesetas, de los que 136 se han dedicado a obras arquitectónicas. Los equipos técnicos han costado los 82 restantes. La claridad es una de las cualidades más llamativas del inmueble, que consta de planta baja y tres pisos y tiene forma de rectángulo, con amplios ventanales a los lados. "En el diseño del espacio", explica Jordi Pla, director técnico de COM Ràdio, "ha primado sobre todo la funcionalidad de la distribución y el mobiliario, y la comodidad de los trabajadores de la emisora, organizada arquitectónica y técnicamente como un centro de producción de programas de radio". "El edificio tiene más ventajas", añade, "como su solidez y el hecho de carecer de vecinos". Archivo informatizado En la planta baja, la de menor superficie, están la recepción y el archivo sonoro -totalmente informatizado-, amén de las dependencias del servicio de seguridad. La primera y la segunda plantas han sido destinadas a estudios y redacción, y la tercera, a los despachos de dirección y administración. Cada una de las plantas altas tiene 480 metros cuadrados de superficie útil. En la primera de ellas hay dos redacciones -informativos y deportes, y programas- y dos estudios, además de una sala de reuniones, una de descanso y tres modernas cabinas de autoedición, donde los redactores pueden montar reportajes o extraer cortes de voz. En la segunda planta, hay tres estudios. El mayor de ellos, el llamado estudio 1 -de unos 80 metros cuadrados-, será usado principalmente por Josep Cuní y su equipo. Asomadas a este locutorio, se han instalado tres peceras, una para producción, otra para los técnicos y la tercera preparada para traducciones simultáneas. El habitáculo está preparado asimismo para recibir público y ofrecer actuaciones musicales. Muy cerca del estudio, al otro lado del pasillo acristalado, se halla la tercera redacción de la emisora, la del programa de Cuní. El contenido del espacio, basado en la actualidad informativa, la hace necesaria. La sala de espera para los invitados se halla en este piso, en el que también está el corazón tecnológico de COM Ràdio, el control central, desde donde se envía la producción vía satélite a las más de 80 emisoras municipales asociadas. La estación ha sido equipada con lo último en tecnología y está preparada para no dejar de emitir en ningún caso, aunque se produzcan cortes eléctricos.
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