_
_
_
_
_

Con el cántaro a la fuente

Como en otros tiempos, los ciudadanos de Premià de Mar y de El Masnou tuvieron que salir de sus casas ayer para ir a buscar agua, ya que la rotura de una cañería, el pasado jueves, dejó sin suministro a casi 50.000 personas. Aunque la avería ha afectado a cinco poblaciones del sur del Maresme, han sido esas dos localidades las que más han padecido la falta de agua, ya que los municipios de montaña pudieron utilizar los pozos propios durante el tiempo en que se trabajó para reparar la avería. Hasta última hora de ayer no quedó totalmente restablecido el suministro de agua potable en Premià de Mar, Premià de Dalt, El Masnou, Teià y Vilassar de Dalt. El abastecimiento ha sido deficitario desde el viernes por la mañana, cuando se acabaron las reservas de los depósitos municipales. El viernes por la noche, a través de megáfonos de los coches patrulla, en Premià de Mar la policía local informaba a la población de que la situación no se resolvería hasta la noche del sábado. El mensaje era claro: en consecuencia, debían racionar la poca agua que aún llegaba a algunos barrios. Los pueblos de montaña consiguieron ayer sortear la situación sacando agua de sus pozos propios, pero en El Masnou y Premià de Mar, con una población total de 40.000 personas, hubo que habilitar camiones cisterna. Muchos ciudadanos se agolpaban, especialmente a lo largo de la mañana, en torno a la quincena de cubas que se colocaron en las calles de estos municipios. La mayoría llevaba botellas y garrafas de plástico, y algunos se acercaban con cazuelas y otros enseres de cocina. "Sólo es para beber, porque hoy haremos una comida que no necesite agua", decía Patricia, que hacía cola al mediodía de ayer para conseguir dos litros del preciado líquido de una cuba del centro de Premià. Muchos ciudadanos expresaron su indignación por el hecho de que la avería de una canalización general en Alella les haya dejado sin agua durante 48 horas. Antonio, que ronda los 50 años, no lograba entender cómo a las puertas del siglo XXI tiene que estar haciendo cola para llenar una garrafa de ocho litros de agua. De repente, había que aprender a vivir sin poner la lavadora, sin fregar los platos y con un sinfín de inconvenientes que se explicaban unos ciudadanos a otros en las colas que se formaban frente a los camiones cisterna. La avería se produjo el jueves a mediodía. El caudal de la riera de Alella era considerable a causa del temporal que afectaba ese día a media Cataluña. El agua que bajaba por el torrente destrozó la margen izquierda y dejó a la intemperie la tubería general, propiedad de la empresa Aigües del Ter-Llobregat. Un árbol, un platanero a la deriva arrancado por el viento y arrastrado por el agua, dio el toque de gracia a la canalización y la partió por la mitad. El jueves el temporal impidió que los operarios pudieran empezar las obras de reparación. El viernes a primera hora los trabajadores intentaban hacer firme la margen izquierda del torrente para poder empalmar y fijar la tubería. No hubo suerte. El mal estado del cauce impidió que en todo el día se pudieran concluir los trabajos. Finalmente, ayer a las 13.40 se abrió la llave de paso de la incordiante tubería. Sin embargo, la situación no estuvo totalmente normalizada hasta última hora de la tarde porque la tubería sólo suministraba agua a los depósitos municipales, lo que hizo que el abastecimiento se fuera regularizando de forma paulatina. Mientras tanto, los ciudadanos intentaban hacer acopio de agua. En Premià de Mar, aparte de los camiones cisterna, el Ayuntamiento consiguió habilitar en la zona alta del municipio unos grifos públicos conectados a la red de su vecino de la montaña, Premià de Dalt. Pero no sólo en esas dos localidades se podía conseguir ayer agua. Sin haberlo previsto, los comercios hicieron su agosto porque en los supermercados y en las tiendas de los municipios afectados se vendieron grandes cantidades de agua embotellada. Los pequeños comerciantes acabaron sus reservas. Los grandes supermercados se vieron obligados a pedir el envío urgente de remesas de agua a las empresas distribuidoras. En muchos de los comercios el agua se agotó a media mañana. Dos urbanizaciones de Alella, Verge de la Mercè y Can Gaggioli, que habían salido completamente indemnes de la avería del jueves, se sumaron ayer a la lista de zonas afectadas por la falta de agua. Los trabajadores que reparaban la tubería afectada rompieron otra canalización que dejó sin agua a esos dos núcleos. Aunque a sus habitantes les faltó el agua sólo durante dos horas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_