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El PCE llega a su XV Congreso con la sucesión de Anguita pactada

Todo como una seda. El XV Congreso del Partido Comunista de España (PCE) que se inicia mañana se desarrollará con absoluta tranquilidad, tras una dura batalla por la sucesión. Escaso debate ideológico ya desbrozado en los trabajos previos. Intención de intensificar el papel del PCE en la sociedad -incluso al margen de IU- y, sobre todo, el relevo de Anguita por Francisco Frutos pactado entre las familias comunistas. Hasta la lista del Comité Federal ha sido previamente elaborada con escasa -casi testimonial- contestación.

Lo dijo Groucho Marx después de un romance con exquisita señora: "He tenido una hermosa noche. Pero no ha sido ésta". También el PCE ha tenido hermosos tiempos. Pero no han sido, precisamente, éstos. Los últimos meses no han sido nada hermosos. Han estado, por el contrario, bajo el filo de la navaja en el Partido Comunista de España. Julio Anguita había anunciado su deseo -firme e inamovible- de abandonar la máxima dirección del partido tras 10 años al frente de la secretaría general. Y, a partir de ahí, que Dios reparta suerte. Bien es verdad que, desde el principio, el actual líder del PCE había dejado claras dos cosas. A saber: que su candidato a la sucesión era Francisco Frutos, hasta el momento número dos del PCE, y que él quería quedarse en la dirección del partido.Allí fue ella. Porque fue decir eso y, al grito de "tonto el último", abrirse una auténtica batalla entre las distintas familias comunistas. A qué engañarse. No gustó demasiado que en un partido democrático se señalara al sucesor con criterios de propiedad burguesa, como si se tratara del hijo bienamado o -aún peor- del príncipe heredero. Los andaluces, con su secretario general Felipe Alcaraz a la cabeza, han sido quienes más claramente han expresado su disgusto por una fórmula que no por usual es menos rechazada en el partido. Este sábado, el XV Congreso del PCE inicia sus trabajos, que concluirán con la elección del secretario general y de dos tercios del Comité Federal, máximo y auténtico órgano de decisión del partido. Hasta ahora, en el congreso se elegía a la mitad y la otra mitad se dejaba para las federaciones.

La batalla abierta entre los andaluces y la dirección federal del PCE se ha resuelto aparentemente sin muertos, aunque algunos vean rehenes -y hasta heridos- en la lista consensuada que se presentará para su refrendo en el pleno. Es curioso que haya sido el propio Felipe Alcaraz -que, incluso, públicamente anunció su candidatura a la secretaría general- quien propusiera a Francisco Frutos como único candidato en el último Comité Federal preparatorio del XV Congreso. Y más curioso que no hubiera oposición alguna a su propuesta. No es la primera vez que Alcaraz respalda a Frutos. En 1988 también apoyó su candidatura a la secretaría general.

Entonces fue derrotado por un casi desconocido alcalde de Córdoba: Anguita.

Veinte andaluces

¿Ha tenido que ver en el cambio de criterio de Alcaraz que en la lista de noventa y tantos miembros del Comité Federal haya veinte andaluces? Para unos, ésa es la auténtica razón de un pacto aparentemente imposible entre el secretario general de los comunistas andaluces y quienes defienden a Frutos. Pero para otros, los 20 andaluces no son precisamente un grupo homogéneo.También llama la atención la presencia de destacados miembros de CCOO críticos con el secretario general del sindicato, Antonio Gutiérrez. Con una ausencia notable, sin embargo: la de Agustín Moreno que según algunas fuentes ha rechazado formar parte del Comité Federal.

En cualquier caso, la dirección del PCE ha logrado llevar resuelto al XV Congreso uno de los temas más controvertidos del cónclave. Habrá otras discusiones. Pero la más delicada ha quedado cerrada.

Si es que las hay, las discrepancias se centrarán más en los político que en lo orgánico. Intención que hay que anotar en los méritos de Anguita. El XV Congreso será un paseo triunfal, pero hay que recordar que en la entrada de los vencedores siempre había un esclavo encargado de recordar al laureado su carácter mortal. Así que habrá también en el PCE el recuerdo de un partido que tiene sus máximas aspiraciones en IU.

Éste será uno de los aspectos que, previsiblemente, centren los debates del XV Congreso. Para algunos dirigentes carece de sentido que el PCE se muestre vergonzante en sus intervenciones en IU y en los problemas de la sociedad. El PCE, según estas tesis, no sólo debe mostrarse orgulloso de su papel en IU -cada día más hegemónico por ausencia de otras organizaciones-, sino que debe extremar su presencia. El PCE, dicen, debe reivindicar su protagonismo en la sociedad, su capacidad para intervenir en los grandes problemas nacionales, tanto si coincide o no con los criterios de IU. Ahora, separados los liderazgos de IU y del PCE, la discrepancia entre una y otra organización empieza a ser más que una posibilidad.

Discrepancias también habrá con el modelo de Estado. Frutos no es un ardoroso defensor de la independencia. Y tampoco es que rechace la posibilidad de la autodeterminación. Pero, en su opinión, el discurso en torno al nacionalismo no puede tomar esta opción como centro de los debates. Los comunistas vascos tienen en esto unos criterios mucho más favorables al nacionalismo.

De todas formas, el PCE acaba una etapa, la de Anguita. E inicia otra que, al menos, en contra de Marx (Groucho), tiene siempre la posibilidad de ser una "noche hermosa". La que venga.

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