El filósofo Roger Garaudy afirma en Valencia que "el siglo XXI será espiritual o no será"
El escritor francés Roger Garaudy parafrasea a André Malraux para mostrar su convencimiento de que "el siglo XXI será espiritual, o no será" en referencia al peligro atómico. "Si continuamos como en el siglo XX, mis hijos y mis nietos nunca tendrán mi edad", añade el controvertido filósofo de 85 años que rechaza el actual "monoteísmo de mercado impuesto por los EE UU" porque no da sentido a la vida, por lo que apela a la espiritualidad de todas las religiones para trasformar la realidad. Garaudy participa en las jornadas convocadas por la Universdad de Valencia que rememora sus orígenes al reunir a pensadores judíos, cristianos y musulmanes para dialogar sobre la tolerancia.
Antiguo ideólogo del Partido Comunista Francés, del que fue expulsado a finales de los sesenta -"por decir que lo de la Unión Soviética no era socialismo", apunta su mujer Salman Farouqui-, Garaudy defendió una simbiosis entre el marxismo y el cristianismo hasta que en 1982 se convirtió al Islam, en el que entró "con La Biblia bajo un brazo y El capital en el otro", recuerda mientras esboza una sonrisa. Hoy defiende el marxismo como una metodología de trabajo imprescindible. Autor de 53 libros, el filósofo francés postula la "necesidad de una teología de la liberación en el Islam, de un [Concilio] Vaticano II", que recoja el "mensaje vivo de Jesús que une las interioridades de la fe con la lucha por la justicia social". "Desgraciadamente en la iglesia católica ha desaparecido el espíritu del Vaticano II y me parece que el siglo XXI no resistirá 100 años sin una espiritualidad común a todos los que piensan que la vida tiene un sentido. Ahora, la religión universal que domina el mundo es el monoteísmo impuesto por EE UU. Significa la fe en un solo dios: el dolar. Esto priva a nuestra vida de toda significación porque el hombre está considerado sólo un consumidor y productor, cuando no es un parado. Me parece muy importante que todos los hombres de fe, cristianos, judíos o musulmanes, luchen contra ese monoteísmo". Garaudy enfatiza sus palabras con gestos vehementes y se desplaza con soltura para su avanzada edad y su elevada estatura. Ante la pregunta de cómo se ha de articular esa lucha, descarta las armas y propone un "boicot contra de EE UU y sus vasallos, el primero de ellos Israel, que es exactamente el complemento estratégico de los americanos". Su discurso le ha granjeado el apoyo de buena parte de la intelectualidad árabe. Polémica sobre el genocidio Hace unos dos años fue condenado en Francia a pagar una multa de tres millones de pesetas por "negación de crimen contra la humanidad", según indicó la sentencia que aludía a los juicios emitidos por Garaudy en su libro Los mitos fundadores de la política israelí. En él, sostiene que las cifras del exterminio judío han sido "arbitrariamente manipuladas". Con tranquilidad pero dando la sensación de querer pasar pronto el polémico capítulo, el escritor comenta que sus opiniones fueron deformadas por el sionismo. "No es un problema religioso. El judaísmo es una religión que respeta, pero el sionismo es ateísta y colonialista. Nunca he negado que muchos judíos murieron. Cuando dicen que es el genocidio más grande del universo, es cierto respecto a la religión judía. Nunca sufrieron un pogromo tan terrible. Pero en la historia hay muchos genocidios, como los 60 millones de indios y negros muertos por la esclavitud y el colonialismo". Recientemente se ha publicado un libro de apoyo a la figura de Garaudy que recoge textos de Levy-Strauss, Yehudi Menuhin, Helder Camara, entre otros. Impulsor del Instituto para el diálogo de las culturas y director de la Fundación Torre de la Calahorra, en Córdoba, Garaudy considera que el fundamentalismo es una enfermedad del Islam, que lee literalmente el Corán y busca soluciones a problemas actuales volviendo al pasado. "Eso está mal. Un futuro sin futuro con los EE UU y un futuro que es un retorno al pasado. No son soluciones". Tampoco lo es, a su juicio, el liberalismo, "que está acentuando la diferencia entre el pobre y el rico". "Hace 30 años", añade, "había 30 pobres por un rico, ahora hay 80 por uno. Esto es el fin de la historia humana y el principio de una historia animal. Un teórico del capitalismo inicial, Hobbes, ya decía: El hombre es un lobo para el hombre". Tras rechazar como falsa la praxis democrática, por la gran mayoría de excluídos y pobres que genera, Garaudy dice que la fe del siglo XXI será de todos los hombres, sean de la religión que sean, que crean que la vida tiene un sentido.
Un proyecto ecuménico
Las Jornadas sobre la Universidad de Valencia y los estudios de teología: pasado y posibilidades en el horizonte del año dos mil, que llevan el subtítulo de Tolerancia religiosa y convivencia civil, tienen como propósito también servir de pórtico a un proyecto de momento en gestación: La cátedra de las tres religiones de la Universidad de Valencia. Promovido por el Grupo Universitat de València Religión Año Dos Mil, el Centro Ecuménico P. Congar, dirigido por el teólogo Juan Bosch, y las comunidades judía y musulmana de Valencia, la propuesta es crear básicamente "una plataforma de diálogo e investigación sobre la función cultural y social de la religión" y ofrecer a las "tres grandes religiones monoteístas (judaísmo, islam y cristianismo) en especial, un lugar compartido y neutro para el diálogo interreligioso". Todo ello bajo el paraguas de la celebración del quinto centenario de la fundación de la Universidad de Valencia, emulando así en parte su pasado, "pero dentro de un contexto muy diferente". El proyecto prevé realizar actividades docentes (un máster sobre La función cultural y social de lo religioso, cursos, ciclos de conferencias, organización de congresos y jornadas) y de investigación (publicar obras clásicas judías, islámicas y cristianas o las propias investigaciones promovidas por la cátedra). Bosch, el catedrático de Psicología Esteban Pérez-Delgado y Marcial Martínez son las personas que están intentando sacar adelante el proyecto y, de hecho, son ellos también los responsables de las jornadas. Uno de los protagonistas de este foro, que reúne a expertos en las tres religiones, el historiador y ex embajador israelí en España Shlomo Ben Ami, se excusó ayer a última hora por su ausencia en las jornadas debido a la tensa situación que vive su país y por problemas en el seno del partido laborista, según una nota que leyó la organización. Los teólogos Laureano Robles y Bosch, además de Garaudy, intervinieron ayer y hoy Esteban Pérez Delgado clausurará las jornadas después de un mesa redonda.
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