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Barcelona vivía hasta ayer el año más seco del siglo

La lluvia caída ayer en Barcelona perjudicó al tráfico, pero resultó beneficiosa para una ciudad que se hallaba en un tris de establecer un récord negativo y lograr el año más seco del siglo. Hasta ayer, la lluvia caída en la ciudad era de apenas 284 litros por metro cuadrado, muy lejos de los 598 litros de media que registraba según las series de que se dispone, que se remontan a 1850. La situación era preocupante, y más si se tiene en cuenta que el año 1997, con 456 litros por metro cuadrado, fue ya un año bastante seco. Sólo en 1937 se registró una cantidad inferior a esta: 402 litros. Pero con una diferencia, durante el primer mes del pasado año cayeron casi un centenar de litros, prolongación de un año lluvioso como fue 1996, en el que se registraron en la ciudad precipitaciones que sumaron 866 litros. Si se descuenta esa primera cifra, el resultado es un conjunto de 22 meses extraordinariamente secos. Estas cifras, con todo, tienen que ser ponderadas. Barcelona tiene desde 1994 una amplia red de pluviómetros, instalados por la empresa Clabsa (Clavegueram de Barcelona, SA). Hasta esa fecha y desde 1920, las mediciones se hacían con un único pluviómetro, instalado en el Observatorio Fabra. Clabsa dispone hoy de un completo sistema de medición distribuido en 22 puntos de la ciudad. Paralelamente, Clabsa ha instalado también sistema de control en el alcantarillado barcelonés -que ayer resistió sin problemas-, lo que permite a la empresa variar algunas conducciones en momentos de sobrecarga. Con este dispositivo es muy difícil que se repita una inundación como la que hace unos años llenó La Rambla de excrementos.

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