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Recibir clase a 100 kilómetros

Naiara Galarraga Gortázar

Quizá en unos años no haga falta vivir en Vitoria o viajar allí a diario para estudiar Topografía, que sólo se imparte en el campus alavés. Un sencillo sistema de videoconferencia -similar en apariencia a las conexiones en directo con el lugar de los hechos que se hacen en los informativos de televisión- permite que el profesor esté en un lugar y, simultáneamente, los alumnos sigan sus explicaciones o pregunten desde otro campus. El rector de la Universidad del País Vasco (UPV), Pello Salaburu, ensayó ayer este novedoso sistema de clase a distancia. Ofreció una conferencia de prensa en la Escuela de Ingenieros en Bilbao que fue seguida por varios periodistas sentados a pocos metros de él y por otros tantos que estaban a más de 100 kilómetros, en San Sebastián. Por el momento, es sólo un experimento. Aunque ya existe infraestructura para ponerlo en práctica en cuatro aulas, una en cada campus de la UPV y una más en Bilbao. La prueba demostró que, superada la incomodidad de comunicarse a través de una pantalla, las clases virtuales son factibles en la Universidad. Por un rato, Salaburu hizo el papel de profesor y los periodistas, el de alumnos. "¿En qué asignaturas se implantará este sistema?", preguntó una reportera desde San Sebastián. Quienes estaban en Bilbao le veían en una pantalla y escuchaban su voz a través de altavoces. El rector contestó: "No está definido qué materias serán. Aún debemos encontrar profesores y alumnos dispuestos" a dar y recibir clase de esta manera. Implantar las clases por videoconferencia no supone un coste añadido a las arcas de la universitarias porque la red telemática instalada en la UPV, explicó Salaburu, incluye la tecnología necesaria. El único desembolso han sido los 27 millones que ha costado acondicionar cuatro aulas. La empresa que hoy es la operadora telefónica Euskaltel instaló la red, que entre otras cosas ha permitido implantar la automatrícula por ordenador. "Se optó por la tecnología más avanzada del mercado a nivel mundial", aseguró. Técnicamente, el sistema está listo para ser utilizado en sendas aulas de Farmacia, en Vitoria; Ciencias, en Leioa; Ingenieros, en Bilbao, e Informática, en San Sebastián. La UPV puede perder de modo parcial uno de los aspectos que le caracteriza: el de universidad itinerante, si el experimento encuentra seguidores y se extiende. Miles de estudiantes viajan cada día entre las tres capitales vascas para ir a clase, y dormir luego en sus casas, porque la mayoría de las carreras se imparten en un único campus, el de Leioa. Si las videoconferencias satisfacen a alumnos -todavía no se les ha preguntado- y docentes, el próximo cuatrimestre se puede empezar a aplicar a clases reales. Incluso se podrán ver desde la distancia diapositivas, vídeos o documentos en papel. El rector también demostró cómo se contemplarían estos soportes. En el caso de que el sistema cuaje, asistir a la clase de un profesor que esté en Leioa desde un pupitre ubicado en San Sebastián, Vitoria o Bilbao será algo cotidiano en el futuro. Y buena parte del alumnado de la UPV perderá ese ingrediente nómada que impone la descentralización de la universidad pública vasca.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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