Comedia de costumbres

Aquella nit amb Lluís De Kevin Elyot, en versión de Ferran Català y J. V. Martínez Luciano. Intérpretes, Alejandro Jornet, Enric Benavent, Sergio Caballero, Manuel Puchades, Joan Gadea, Toni Misó. Iluminación, Josep Solbes. Banda Sonora, Josep LL. Valldecabres. Vestuario, Miguel Carbonell, Helena Muñoz. Escenografía, Pedro Ferrer. Dirección, Ramón Moreno. Teatro Talía. Valencia, 26 de noviembre.Las obras que tienen el problema del sida como telón de fondo parecen abocadas a una especie de costumbrismo políticamente correcto mediante el que se trata de subrayar que los grupos de riesgo los constituyen personas tan normales como todas las demás, y de recurrir a un cierto ternurismo solidario en torno a las víctimas potenciales de la enfermedad. Es un reduccionismo que suele dar poco juego, ya que la función del material dramático propiamente dicho se delega en los efectos hasta hace poco mortales de la enfermedad. Es probable que se requieran todavía de algunos años para consolidar un género, el de la expectativa de la enfermedad fatal, que dispone de mayor solera en lo que respecta al cáncer o al alcoholismo, pero mientras tanto hay que conformarse con lo que hay. Y lo cierto es que el texto de Kevin Elyot no escapa a las características señaladas para estas obras, por más que pretende individualizar a los personajes y construir algo parecido a una trama que, fatalmente, tiene poco peso ante la certidumbre de la muerte de sus personajes. Es posible que hace cinco años, y en la cultura anglosajona, la obra tuviera un mayor nivel de pertinencia, pero hoy se echa de menos una mayor consistencia en la construcción de los personajes. Poco puede hacer un director con este material, como no sea ilustrarlo a la manera didáctica, y no mucho más puede pedirse de unos actores forzados a hacer de homosexuales con problemas a causa del temor al contagio y a la muerte. Lo que ya no se comprende es que alguien se escandalice ante una pedagogía de esta clase, con o sin desnudos escénicos.